El jueves Suecia ingresó oficialmente en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), rompiendo con una historia de 200 años de no alineación.
La entrada del país nórdico en el bloque supone importantes consecuencias en el escenario geopolítico mundial, considerando el contexto de la invasión rusa en Ucrania.
Y es que su llegada, junto a la de Finlandia, refuerza de manera importante la capacidad disuasoria de la alianza militar en los mares Báltico y del Norte.
En conversación con BioBioChile, Raul F. Campusano, profesor de Derecho Internacional de la Facultad de Derecho Universidad del Desarrollo, indicó que la incorporación de Suecia a la OTAN debe entenderse como resultado de la invasión de Rusia a Ucrania.
“A lo largo de todo el período de la guerra fría y, hasta muy recientemente, la posición estratégica de los países escandinavos fue la de mantener una cierta (mayor y menor) neutralidad y una vía de comunicaciones y entendimiento con la, entonces Unión Soviética, y ahora, Rusia”, agregó.
“Esta posición estratégica era significativamente más pronunciada en el caso de Finlandia, el otro país que ha ingresado a la OTAN luego de la invasión, al punto que algunos llegaban a creer que sus acciones y decisiones pro-soviéticas eran producto de una cierta afinidad con ese país, en circunstancias que, en realidad eran producto de una fina y sofisticada estrategia de equilibrios y sobrevivencia en un mundo complejo”, puntualizó.
“Pues bien, ese mundo ya no existe. Suecia y Finlandia en la OTAN reflejan el fracaso estratégico del gobierno ruso y generan un escenario nuevo respecto del cual es difícil hacer predicciones. Con el ingreso de Suecia, todos los países nórdicos forman ahora parte de la Alianza y hacen más compleja la posición de Rusia en las regiones alrededor del mar Báltico”, aseveró.
Campusano sostiene que esta decisión de ingresar a la OTAN tiene connotaciones para Suecia que van más allá de la actual situación de guerra en Ucrania ya que se remonta a doscientos años de historia que han constituido una imagen internacional de neutralidad muy fuerte.
“También cabe recordar que la postulación de Suecia a la OTAN se realizó en conjunto con Finlandia, pero se demoró hasta el jueves debido a la oposición inicial del Estado de Hungría”, dijo.
“La invasión a Ucrania está desencadenando un nuevo ordenamiento y correlación de fuerzas en el mundo que empiezan a delinear los espacios y alianzas del mundo por venir. El ingreso de Suecia a la OTAN es la más reciente expresión de ese nuevo mundo”, cerró.
Samuel Fernández, analista internacional y académico de la Universidad Central, mencionó que tiene un “especial significado” el hecho de que la reticencia u oposición de Hungría se haya levantado y permita que Suecia se incorpore a la OTAN.
“Con esto, prácticamente todos los países que deberían formar parte de la OTAN, incluso algunos que son limítrofes con Rusia, sean del bloque”, dijo.
“Esto permite que cualquier agresión, acto inamistoso o lo que fuere que suceda en alguno de esos países provocaría de inmediato la reacción de todos los demás miembros de la OTAN”, remarcó.
En ese sentido, el académico enfatizó que, precisamente, uno de los objetivos de Rusia era impedir que Ucrania entrara en la OTAN y no estar rodeado por países del bloque.
Por su parte, el académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y doctor en Estudios Latinoamericanos, Gilberto Aranda Bustamante, planteó que la llegada de Suecia al bloque “es un efecto colateral no buscado por Rusia, pero que evidentemente se activa a propósito de la invasión en Ucrania”.
“Eso es por todos sabido. Esto no es lo que quería Moscú, no se imaginaba que la OTAN se ampliaría en su flanco norte”, expresó. “Suecia y Finlandia eran países que tenían una tradición neutralista pero esto ha ocurrido. Para la Alianza Atlántica significa asegurar su flanco norte y para Rusia significa tener ahora más fronteras con la organización del Tratado del Atlántico Norte, con sus adversarios, de las que tenía antes de comenzar el conflicto con Ucrania”, agregó.
Aranda explicó que lo ocurrido es algo con lo que no contaba originalmente Putin. “Ahora bien, yo creo que todos los avances ucranianos durante el otoño e invierno de 2023 y 2024 se han revertido y hoy día quien está ganando en lo táctico en el frente de operaciones militar es Rusia”, mencionó.
“Rusia es el que está hoy día incrementando territorio en la zona del Dombás, independiente que hay otros espacios en los que no se ha consolidado, hoy día el Dombás está mucho más asegurado que hace un año atrás por parte de Rusia”, dijo.
“Y sin embargo ha ocurrido esto que ciertamente, podríamos decir, puede incrementar la dosis de inseguridad rusa. En algún momento Rusia sembró algunas advertencias más que solapadas si es que se incrementaba el número de socios de la OTAN. Y la verdad es que hoy día más bien eso lo ha dejado de lado y su discurso es que no quiere soldados de la OTAN peleando en el teatro de operaciones ucranianos”, añadió.
“Eso es lo que ahora básicamente está diciendo Moscú, pero no hay que olvidar que en un momento también advirtió que una ampliación de la OTAN en su flanco norte acarrearía algunas consecuencias”, remarcó.
“Y hoy día parece que eso ya lo ha aceptado, ya lo asimiló como un hecho de la causa. El tema de Putin es decirle claramente a Occidente que no va a tolerar que esta guerra, que considera proxy por delegación, contemple personal de la OTAN en el teatro de operaciones ucraniano”, concluyó.