El martes, la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase) cifró en 330.000 los menores agredidos desde 1950 por clérigos o laicos trabajando en instituciones religiosas en Francia.
El alcance de estas agresiones conmocionó al país y el presidente de la Conferencia Episcopal (CEF), monseñor Éric de Moulins-Beaufort, pidió incluso “perdón” a las víctimas y se comprometió a actuar.
Sin embargo, un día después, sus declaraciones a la emisora pública France Info, reiterando una conocida línea roja del papa Francisco, causaron estupor, obligando al gobierno a tomar cartas en el asunto.
“El secreto de confesión se impone a nosotros y es más fuerte que las leyes”, dijo el también arzobispo de Reims, respecto a una de las 45 propuestas de la Ciase para evitar nuevos abusos sexuales.
La respuesta del gobierno llegó este jueves. “Nada hay más fuerte que las leyes”, dijo su portavoz Gabriel Attal tras una reunión, precisando que el presidente Emmanuel Macron pidió que se convocara al arzobispo.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, “recibirá a principios de la próxima semana a monseñor De Moulins-Beaufort para pedirle explicaciones”, indicó.
¿Un secreto “absoluto” en Francia?
El tema del secreto de la confesión ya ha estado en el ojo del huracán en los casos de abusos.
En 2019, la Iglesia chilena, blanco de denuncias por abusos a menores, rechazó una ley debatida en ese país que la obligaba a revelar el secreto de confesión, asegurando que es “un acto sagrado” de reconciliación “con Dios”.
En la práctica, un sacerdote al que un fiel le confiesa un delito grave en el confesionario, no puede informar a la policía, Esto, ya que el secreto es “absoluto” en virtud del derecho canónico, según el arzobispo francés.
“Una información de ‘delictum gravius’ que se haya conocido en una confesión se encuentra bajo el secreto sacramental más estricto”, reza un manual de 2020 del Vaticano para gestionar estos casos.
Pero, en su informe, encargado por la CEF y la Conferencia de Religiosas y Religiosas de Francia (Corref), la Ciase recomendó a la Iglesia que deje claro que la confesión no cubre estos delitos, que deben denunciarse.
Tras sus polémicas declaraciones, el jefe de los obispos se justificó en un comunicado el miércoles por la noche, asegurando que el secreto permite que se confíen tanto víctimas como agresores.
“¿[Las víctimas] se confiarían si piensan que no permanecerá secreto? No les robemos esta posibilidad”, aseguró De Moulins-Beaufort, quien subrayó no obstante que se esforzaba en buscar una alternativa.
El ministerio del Interior considera la confesión un secreto profesional, protegido por ley, pero hay excepciones: no se aplica a las confidencias fuera de ese marco ni en caso de agresiones a menores de 15 años.