Las principales cadenas de supermercados británicos amenazaron el miércoles con boicotear los productos producidos en Brasil si se aprueba una ley que, según afirman, propiciaría una mayor deforestación de la selva amazónica.
En una carta abierta a los senadores y diputados de Brasilia, estos grupos afirmaron que están “profundamente preocupados” por un proyecto de ley, la Medida Provisional 910, respaldado por el presidente Jair Bolsonaro.
La medida, que debe ser votada por el Congreso Nacional, legaliza los asentamientos informales en tierras pertenecientes al estado federal, incluso dando títulos de propiedad a quienes las ocupan actualmente contra la ley, según el centro de estudios de Climate Policy Initiative.
El ultraderechista jefe de Estado, escéptico sobre el consenso científico acerca del cambio climático, no ha hecho nada para desalentar la explotación de la selva amazónica para la agricultura o la minería, sino todo lo contrario.
“Si se adoptara la medida, se fomentaría aún más el acaparamiento de tierras y la deforestación a gran escala, lo que pondría en peligro la supervivencia de la Amazonia” y la consecución de los objetivos del Acuerdo de París para luchar contra el cambio climático, escriben los grandes distribuidores británicos.
“Creemos que también pondría en peligro la capacidad de empresas como las nuestras para seguir abasteciéndose de Brasil en el futuro”, añaden.
Entre los 41 firmantes de la carta se encuentran algunas de las cadenas de supermercados más importantes del Reino Unido como Tesco, J Sainsbury, Marks & Spencer, pero también Asda, Waitrose, y empresas de alimentación como Burger King UK, el fondo público de pensiones sueco AP7 y otras firmas de gestión de inversiones.
Reconsiderar la postura
“Instamos al gobierno brasileño a que reconsidere su postura y esperamos seguir trabajando con nuestros socios en Brasil para demostrar que el desarrollo económico y la protección del medio ambiente no se excluyen mutuamente”, insistieron.
Según la embajada brasileña en Londres, Brasil es el 15º mayor exportador al Reino Unido, con oro y otros minerales, soja, madera, carne y café como principales productos.
En los primeros cuatro meses de 2020 la deforestación alcanzó niveles récord en la Amazonía, según el Instituto Brasileño de Investigación Espacial, que la observa por satélite: se perdieron 1.202 km² de selva, o el equivalente a cuatro veces la superficie de Manhattan.
Es un 55% más que un año antes y el dato más alto registrado en los primeros cuatro meses del año desde que se inició la serie histórica en agosto de 2015.
Bolsonaro defiende la explotación económica de la selva virgen más grande del mundo porque afirma que los pueblos indígenas deberían sacar beneficio de los recursos naturales del territorio.
En una carta entregada al gobierno británico en febrero, el líder indígena yanomami Davi Kopenawa -conocido como el Dalai Lama amazónico- y otros tres líderes indígenas -Dario Yanomami, Raoni Metuktire y Megaron Txucarramae- pidieron al primer ministro Boris Johnson y otros dirigentes europeos que no acepten en sus países el oro y otros productos que responsabilizan de la destrucción de sus tierras.
“Necesitamos que las autoridades tomen medidas y pedir al presidente (Jair) Bolsonaro que expulse a los mineros ilegales de la tierra Yanomami, este es mi mensaje urgente”, dijo Davi Kopenawa a la AFP en Londres.
“La relación que tiene el presidente de Brasil con nosotros es buscar riqueza en nuestra tierra, no le importan la selva o los pueblos indígenas, lo que quiere es explotar los recursos y la riquezas de nuestra tierra, la minería, el oro, los diamantes. Están queriendo acabar con nosotros y robarnos nuestra tierra”, agregó.