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El expresidente estadounidense Jimmy Carter, fallecido a los 100 años, es recordado en China por establecer relaciones diplomáticas formales en 1979 en detrimento de Taiwán, marcando uno de los grandes éxitos diplomáticos de la historia. La apertura liderada por Carter permitió intercambios de alto nivel con China, impulsando acuerdos en diversas áreas y facilitando estudios en EE. UU. para jóvenes chinos. Su legado de cooperación ha sido fundamental para el avance de ambas naciones, evitando una nueva Guerra Fría. A pesar de la fricción sobre la cuestión taiwanesa, China reconoce las importantes contribuciones de Carter al desarrollo de las relaciones bilaterales, en un momento de incertidumbre ante el próximo mandato de Donald Trump.

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El expresidente estadounidense Jimmy Carter, quien falleció el domingo a los 100 años de edad, deja huella y un buen recuerdo en China, país con el que estableció relaciones diplomáticas formales en 1979 en detrimento de Taiwán.

Aquel año, Estados Unidos dejó de mantener lazos oficiales con Taipéi, el Gobierno que hasta entonces había considerado como el legítimo representante de China desde que las tropas nacionalistas, derrotadas por el Ejército comunista en la Guerra Civil del gigante asiático, se refugiaran en la isla en 1949.

Tres décadas después, Carter recibía en la Casa Blanca al entonces líder chino, Deng Xiaoping, artífice de la política de apertura del gigante asiático a finales de la década de 1970 que acabaría por convertir al país en la segunda potencia económica del mundo.

Carter y Deng firmaron entonces varios acuerdos sobre ciencia, tecnología, cultura, educación y comercio para iniciar así los intercambios de alto nivel entre los dos países.

“Había mucha oposición a la normalización de las relaciones, y se necesitó de la visión y del coraje de Carter para llevarla a cabo. Fue uno de los grandes éxitos diplomáticos de la historia, y él será siempre recordado con afecto como un viejo amigo de China”, comenta a EFE Víctor Gao, experto en relaciones entre Washington y Pekín.

“Un legado de impacto”

Los dos países también establecieron embajadas en sus respectivas capitales en marzo de 1979, culminando un acercamiento que había comenzado durante el mandato de Richard Nixon (1969-1974).

Gao recuerda que, gracias a la decisión de Carter, miles de jóvenes chinos pudieron hacer realidad su sueño de estudiar en Estados Unidos, dejando “un legado de impacto para mucha gente en China”.

De hecho, el propio Carter, que tras finalizar su mandato visitó en varias ocasiones el país asiático, ha señalado en varias entrevistas que la normalización de las relaciones con China fue uno de los logros de su presidencia del que se sentía “más orgulloso”.

“Carter abrió la puerta a los estudiantes chinos, pero también a los intercambios científicos, culturales y comerciales, y posibilitó la entrada de inversión estadounidense en China”, agrega Gao.

Su decisión contribuyó a que Pekín dejara atrás el aislamiento de la época de Mao Zedong gracias a una floreciente cooperación bilateral que debe “recordarse y mantenerse activa”, según Gao, para quien “Carter representa lo opuesto a todas esas voces hostiles contra China que oímos hoy en día desde Estados Unidos”.

Evitar una nueva Guerra Fría

El difunto expresidente estadounidense expresó en los últimos años su preocupación por la creciente competencia entre los dos países en la última década: en 2019, cuando China y EE. UU. celebraron 40 años del establecimiento de lazos, advirtió sobre una “Guerra Fría moderna” si ambos seguían percibiéndose mutuamente como amenazas.

“Para China, EE. UU no es un enemigo ni un rival. Son los países más influyentes y deben llevarse bien. Tienen que resolver sus problemas a través del diálogo”, comenta Gao.

Durante su presidencia, Carter firmó también la Ley de Relaciones de Taiwán para poder seguir manteniendo relaciones no oficiales mediante el Instituto Americano en Taiwán.

Dicha legislación permitió a Washington la venta de armamento a Taiwán para su autodefensa: hoy día, la cuestión taiwanesa sigue siendo uno de los principales puntos de fricción entre las dos superpotencias, ya que EE. UU. es el principal suministrador de armas de Taipéi y podría defender a la isla en caso de conflicto.

Con todo, la portavoz de la Cancillería china Mao Ning reconoció este lunes que Carter realizó “importantes contribuciones a la promoción del desarrollo de las relaciones entre China y Estados Unidos”.

“Tenemos en alta estima la contribución de Carter a los intercambios amistosos y la cooperación entre China y Estados Unidos”, agregó la vocera, en un momento de incertidumbre en los lazos ante la inminente investidura del republicano Donald Trump, cuya presidencia augura nuevas tensiones tras prometer en campaña aranceles a la importación de productos del gigante asiático.