El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó cargos federales contra tres personas vinculadas a un presunto complot iraní para asesinar a Donald Trump antes de las elecciones.
Merrick Garland, fiscal general estadounidense, confirmó que entre los detenidos hay dos ciudadanos de Nueva York que habrían sido contratados por “un agente iraní”.
“Hay pocos actores en el mundo que representen una amenaza tan grave para la seguridad nacional de Estados Unidos como lo hace Irán”, señaló Garland.
Según detalla Associated Press, los investigadores se enteraron del complot mientras entrevistaban a Farhad Shakeri, un ciudadano afgano identificado por los funcionarios como un “activo” del gobierno iraní que fue deportado de Estados Unidos después de pasar una década en la cárcel en Nueva York, donde conoció a sus socios, por cargos de robo.
El Departamento de Justicia asegura que Shakeri participó voluntariamente en una conversación telefónica con el FBI, a los que aseguró que en septiembre pasado un contacto en la Guardia Revolucionaria paramilitar de Irán le ordenó que elaborara un plan en un plazo de una semana para vigilar y, en última instancia, “matar a Trump”.
Cabe señalar que Shakeri permanece prófugo en Irán, mientras que los sospechosos que fueron detenidos fueron identificados como Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt.
“El régimen le encargó dirigir una red de asociados criminales para promover las tramas de asesinato de Irán contra sus objetivos, incluido el presidente electo Donald Trump”, señaló el Departamento de Justicia, a través de un comunicado, sobre Shakeri.
Cabe destacar que los tres individuos fueron acusados de intento de asesinato por encargo, conspiración para cometer asesinato y blanqueo de capitales. La suma de estos tres delitos pueden conllevar penas máximas de hasta 40 años de cárcel.
Intentos de asesinato
El sábado 13 de julio Trump fue evacuado de un mitin que ofrecía en Butler, Pensilvania, después de ser herido a bala en su oreja derecha. La imagen del republicano ensangrentado con el puño en alto dio la vuelta al mundo.
Esa tarde Thomas Crooks, de 20 años, intentó asesinar al magnate con usando un fusil de asalto. Tras realizar los disparos, fue abatido por agentes de seguridad.
El atentado generó duras críticas contra el Servicio Secreto, lo que se tradujo en la salida de su entonces directora, Kimberly Cheatle.
Posteriormente, en septiembre, otro sujeto fue arrestado en las cercanías del campo de golf de Trump, en Florida, tras ser sorprendido con un rifle semiautomático con el que pretendía atacarlo.