El expolicía Derek Chauvin fue declarado el martes culpable de los tres cargos de asesinato y homicidio involuntario por los que estaba acusado por la muerte del afroestadounidense George Floyd, en un caso que dejó al descubierto profundas divisiones raciales en Estados Unidos.
El expolicía blanco de Minneapolis, norte de Estados Unidos, fue hallado culpable en decisiones unánimes de un jurado de siete mujeres y cinco hombres que deliberó a puerta cerrada durante menos de dos días al final de un juicio de tres semanas.
Chauvin, de 45 años, podría pasar décadas tras las rejas por el asesinato de Floyd el 25 de mayo de 2020, que provocó protestas contra la injusticia racial y la brutalidad policial en todo el mundo.
El jurado de 12 miembros -siete mujeres y cinco hombres que representan la diversidad racial de Minneapolis- deliberó a puerta cerrada durante cuatro horas el lunes por la tarde al final de un juicio de tres semanas, y volvió a reunirse el martes por la mañana.
Por su parte, el abogado de la familia Floyd, Ben Crump, elogió la condena y la calificó como “un punto de inflexión en la historia” de Estados Unidos.
“La justicia obtenida con dolor finalmente ha llegado para la familia de George Floyd”, tuiteó Crump cuando Chauvin fue declarado culpable.
El caso
Chauvin dio muerte a Floyd el 25 de mayo de 2020, cuando acudió por una denuncia contra el fallecido afroamericano, tras detenerlo por una denuncia de comprar cigarros con un billete falso de 20 dólares.
El expolicía fue grabado en video arrodillado durante más de nueve minutos sobre el cuello de Floyd, incluso cuando el corpulento hombre de 46 años, esposado, suplicaba “Por favor, no puedo respirar”.
Las imágenes, tomadas por transeúntes testigos del arresto de Floyd, fueron vistas por millones de personas dentro y fuera de Estados Unidos, desatando en las semanas subsiguientes manifestaciones contra el racismo.
Los fiscales, en sus alegatos finales el lunes, mostraron extractos del desgarrador video de la muerte de Floyd.
“Pueden creer lo que vieron”, dijo el fiscal Steve Schleicher. “No se trató de vigilancia policial, se trató de asesinato”, insistió. “Nueve minutos y 29 segundos de abuso de autoridad impactante”.