Por si fuera poco el remolino desatado en EEUU por el abogado neoyorkino, Aaron Scholssberg, Los Ángeles, es el nuevo epicentro que sacude a la comunidad latina con un nuevo y aparente caso de racismo hacia esta minoría.
Dos personas se acercaron al mostrador de Starbucks ubicado en el sector conocido como La Cañada, en California, para pedir dos cafés. El portal de noticias CBS Los Ángeles, consignó los hechos en los que obtuvo el testimonio de Miguel Acosta, amigo de Pedro, a quién le preguntaron su nombre para tradicionalmente colocarlo en el vaso, el ritual de atención que la cadena internacional tiene con sus clientes. Sin embargo, el resultado fue desagradable para el hombre.
Con la ayuda de un compañero que sabía inglés, se dio cuenta que la palabra “beaner” o “frijolero” en español, fue colocada en lugar de su nombre.
Ofendido, inició junto a sus compañeros los cuestionamientos hacia el personal de la tienda. Contreras, agregó que su amigo no merecía ese trato.”Fue horrible” declaró al reportero de la cadena CBS, Chris Holmstrom, quien entrevistó además a clientes en las afueras del establecimiento. Ellos dijeron sentirse preocupados por estas formas de discriminación del pasado, las cuales están volviendo de forma preocupante.
Hasta este momento no se sabe si se trató de una desagradable broma o un ataque directo, dado que, de Pedro a “Beaner”, hay todo un abismo de palabras en el teclado de un computador.
Starbucks se disculpa
La cadena CBS intentó entrevistar al gerente de la tienda, sin embargo, este se negó a ofrecer declaraciones después del incidente. En un comunicado emitido más tarde, Starbucks declaró que pidió disculpas a Pedro, agregando que no es el tipo de experiencia que ofrece a sus clientes.
Este incidente se suma a otro que involucró a dos afroamericanos en Filadelfia, a mediados de abril, quienes terminaron arrestados debido a que el cajero del establecimiento llamó a la policía local tras describir actitudes sospechosas de estos.
La acción desató una serie de protestas contra Starbucks, que ya en esa ocasión pidió disculpas por los malos entendidos.
En el caso de Pedro, la disculpa vino acompañada de una giftcard de 50 dólares (aproximadamente 31 mil pesos chilenos). Sin embargo el latino, de origen mexicano, rechazó el regalo tras asegurar que su dignidad no puede ser comprada con poco o mucho dinero, sino con respeto.