Decenas de policías de Birmania y sus familias huyeron a India, informaron el viernes funcionarios de seguridad, y uno de ellos dijo a la Agence France-Presse que las autoridades birmanas están “golpeando y torturando” a los manifestantes.
Las autoridades militares de Birmania están reprimiendo con creciente dureza las protestas diarias contra el golpe de Estado del 1 de febrero, con al menos 70 muertos, según el máximo experto en derechos de la ONU sobre el país.
Desde entonces, un flujo creciente de personas, muchas de ellas policías que se niegan a participar en la represión, cruzaron la frontera hacia el estado nororiental indio de Mizoram.
Hasta el viernes, un total de 264 personas lo habían hecho, entre ellas 198 policías y sus familiares, indicaron funcionarios de seguridad.
“La razón para pasar de Birmania a India es que no quiero servir bajo la junta militar”, dijo uno de los agentes, que no quiso ser identificado.
“La segunda razón es que si renuncio a la junta militar y me uno al pueblo, creo que podemos ganar la lucha contra la junta militar”, dijo.
También explicó que las autoridades estaban llevando a cabo “palizas o torturas a su antojo”.
“He sido testigo de cómo la policía detenía a todas las personas que veía, incluso a las que no se unían a la protesta y se quedaban a un lado simplemente mirando o haciendo una foto”, afirmó.