El número de muertos y de personas contaminadas con el virus COVID-19 aumentó dramáticamente el jueves en China, luego de que las autoridades cambiaron su método de conteo, alimentando la preocupación en el mundo de que la epidemia es mucho peor.
Las autoridades chinas registraron 242 nuevas víctimas fatales en la provincia de Hubei, epicentro de la epidemia, elevando a 1.355 el número de muertos en China continental.
Además informaron sobre 14.840 nuevos casos de contagio, lo que elevó el total a casi 60.000 personas, un aumento espectacular debido a la adopción de una nueva metodología en la definición de los casos relativos a la epidemia.
El anuncio del nuevo método coincidió con la destitución de dos altos funcionarios del Partido Comunista de China en Hubei, en medio de críticas por la gestión de la crisis.
Mientras se disparaban las cifras, se abrió otro frente de preocupación pues Vietnam puso en cuarentena por 20 días a Son Loi, una comuna de 10.000 habitantes a 30km de Hanói, tras registrarse seis casos. Es el primer país fuera de China en adoptar esa drástica medida.
Japón anunció 44 nuevos casos de contagio entre los pasajeros del crucero Diamond Princess, mantenido en cuarentena en sus costas, lo que eleva a 218 los contaminados en el navío, uno de ellos un ciudadano argentino.
China mantiene a unos 56 millones de personas en una gigantesca cuarentena en Hubei, principalmente en su capital Wuham, y restringe los movimientos de varios millones más en diversas ciudades.
Tratamiento “lo antes posible”
El aumento importante del número de infectados en las últimas 24 horas se debe a la adopción de un sistema de cálculo diferente, que amplía la noción de casos positivos.
A partir de ahora se incluirá a todos los pacientes cuya radiografía pulmonar muestre señales de neumonía, sin esperar a la prueba de ácido nucleico, hasta ahora indispensable para confirmar el diagnóstico.
Este test es más lento y laborioso, lo cual retrasaba el tratamiento del paciente. Según la Comisión de Salud de Hubei, el nuevo método permitirá que los pacientes reciban tratamiento “lo antes posible”.
Kentaro Iwata, profesor de la Universidad de Kobe (Japón) y experto en enfermedades infecciosas, estimó “comprensible” el cambio porque los hospitales están desbordados.
Para Yun Jiang, especialista de China en la Universidad Nacional de Australia, la nueva metodología es una “medida pragmática” ante la falta de pruebas de detección.