Decenas de miles de hongkoneses desafiaron este domingo la prohibición de manifestarse y salieron a protestar, motivados por el rechazo a las violentas agresiones que sufrieron esta semana dos activistas prodemocracia, tal como informó AFP.
Las autoridades prohibieron la concentración convocada en Tsim Sha Tsui, un barrio muy densamente poblado y conocido por sus tiendas de lujo y sus hoteles, alegando razones de seguridad, tras recientes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes más radicales.
Pero este domingo, hacia el mediodía, decenas de miles de personas acudieron a esta concentración con el fin de presionar al Gobierno local y reclamar medidas prodemocracia, por vigésimo fin de semana consecutivo.
Ante esto, la policía de Hong Kong usó carros lanza aguas y gases lacrimógenos contra la multitud que participó de la marcha que se inició de manera pacífica, pero luego fue subiendo de tono.
El caos se desató, según The Guardian, cuando pequeños grupos de manifestantes arrojaron bombas molotov contra la policía, entradas del metro y sucursales de bancos de China, además de destrozar varias tiendas y encender barricadas. Una tienda de Xiaomi fue incendiada.
La policía respondió con gases lacrimógenos y balines de goma, además de golpes con bastones.
Uso de tinta azul
Durante toda la tarde, un camión con cañones con agua azul persiguió a los manifestantes por Nathan Road, una de las calles comerciales más concurridas de la ciudad.
El tinte utilizado además de no borrarse, contenía una solución de pimienta que provoca dolor. El objetivo es poder marcar a los manifestantes y detenerlos después.
Debido a esto gran parte de la ciudad quedó teñida, incluyendo una gran mezquita. La policía se excusó diciendo que accidentalmente mojó el templo cuando un grupo de personas se agolpó fuera del edificio.
Las tensiones aumentaron después de que el líder del grupo que organizaba la manifestación, Jimmy Sham, fuese hospitalizado después de ser atacado por desconocidos. Asimismo, el sábado por la noche, un joven de 19 años que estaba repartiendo panfletos a favor de las manifestaciones, resultó gravemente herido por un atacante que lo apuñaló en el cuello y en el abdomen.
“Mientras más reprimen, más nos resistimos”, dijo una manifestante de 69 años. “¿Puede la policía arrestarnos a todos, decenas de miles de personas?”, añadió.
“Lo que quiero es un gobierno verdaderamente democrático cuyo líder sea elegido por el pueblo de Hong Kong en lugar de elegido por un régimen comunista”, expresó Philip Tsoi, señaló otro participante de la protesta.
La movilización surgió como un rechazo a un proyecto de ley destinado a autorizar las extradiciones a China. El texto se retiró pero se hizo demasiado tarde, según los manifestantes, que han aumentado sus reivindicaciones.
A falta de concesiones del Ejecutivo de Hong Kong y de Pekín, el movimiento tomó un giro cada vez más conflictivo, llevando a enfrentamientos más violentos entre manifestantes radicales y las fuerzas del orden.