Con una sensación agridulce terminó este sábado la COP16 en Cali, Colombia, luego que no se llegara a un consenso respecto a la financiación y movilización de recursos para la financiación de la hoja de ruta para salvar la naturaleza de aquí a 2030.
En la COP15 se acordó el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, un hito en la historia de la conservación; sin embargo, para su implementación se necesita establecer de dónde vendrán los recursos y cómo se canalizarán, y esa era la tarea que tenían los países en esta cumbre de Cali.
Las discrepancias en el tema, que siempre es el más enredado sobre la mesa, hicieron que finalmente, tras casi 24 horas de negociación, la COP16 cerrara con una sensación de desengaño por las expectativas que había y con la incertidumbre de si se tendrá que esperar dos años, hasta que se celebre la próxima COP, en la República de Armenia, para volver a retomar el asunto.
La maratoniana sesión hizo que muchos delegados abandonaran la plenaria en la mañana de este sábado, rompiendo el quórum necesario para tomar decisiones y provocando un final atípico de una cumbre.
Lo términos utilizados por las organizaciones y los expertos al término de la COP16 varían, desde el “fracaso” manifestado por Greenpeace hasta la “incertidumbre” que preocupa a WWF, pero todos coinciden en que, sin acuerdos sobre movilización de recursos, la conservación de la biodiversidad está en peligro.
Todo parece apuntar a que las negociaciones sobre la financiación se retomarán en la próxima reunión intermedia que se celebre en Bangkok (Tailandia) antes de la COP17 de Armenia, que se celebrará en 2026.
Reacciones que dejó el abrupto término de la COP16
“Los gobiernos en Cali han presentado sus planes para proteger la naturaleza, pero no han sido capaces de llegar a acuerdos para movilizar el dinero para hacer efectiva esta protección. La financiación de la biodiversidad sigue estancada tras una ensordecedora ausencia de promesas creíbles por parte de los gobiernos ricos y un lobby empresarial sin precedentes”, lamentó Celia Ojeda, responsable de Biodiversidad de Greenpeace.
Ojeda agregó: “En España somos testigos de primera mano de que la naturaleza se está colapsando con los terribles acontecimientos que la dana ha provocado en Valencia y las personas no deberían seguir pagando el precio de esta destrucción”.
Por su parte, el director de Campaign for Nature, Brian O’Donell, criticó que “desgraciadamente, demasiados países y funcionarios de la ONU acudieron a Cali sin la urgencia y el nivel de ambición necesarios para garantizar resultados en la COP16 que aborden el problema existencial más urgente de nuestra especie”.
En contrapartida, todos celebran la “histórica” aprobación de un órgano subsidiario del Artículo 8J del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, una de las principales demandas de los pueblos indígenas y comunidades locales para esta cumbre.
“Es un día histórico para los pueblos indígenas (…) Significará que se le dé reconocimiento al papel y la contribución del conocimiento tradicional en la conservación de la biodiversidad. Estamos celebrando”, explicó Viviana Figueroa, del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad (IIFB).
Y también el acuerdo para la creación de un fondo mundial para establecer pagos por el uso de secuencias genéticas digitalizadas, denominado Fondo de Cali, que también garantizará el reparto de los beneficios obtenidos por la biodiversidad.
Para Kirsten Schuijt, directora General de WWF Internacional, este nuevo Fondo de Cali, aunque “imperfecto y con muchos detalles aún por pulir, es un importante paso adelante”.
En cuanto a la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia y presidenta de la COP16, Susana Muhamad, destacó que la conferencia fue “la COP de la gente” y lamentó que los temas pendientes suponen “algunos retos para la convención y toca empezar a subsanarlos”.