La expresidenta argentina Cristina Fernández aseveró que se enteró del atentado en su contra del 1 de septiembre de 2022 recién al ver las imágenes por televisión.
“Afortunadamente no la vi (el arma). Dicen psiquiatras y psicólogos que han tratado pacientes que han sufrido episodios de violencia dicen que es una experiencia traumática”, señaló en su testimonio en un tribunal de Buenos Aires.
“Dios también me custodió ahí”, agregó Fernández, según consignó este miércoles Agencia EFE, en un juicio que se extenderá por varios meses.
“Cuando veo la imagen que recorrió el mundo, el arma empuñada, gatillando, parece que yo lo hubiera visto”, mencionó. Sin embargo, aseveró que en ningún momento se percató de lo que estaba ocurriendo.
De hecho, fue mientras subía en el ascensor a su vivienda cuando su secretario personal, Diego Bermúdez, le dijo que había escuchado un “click” similar al sonido de un arma.
“Después me confirmó que había sido un arma y que habían capturado a quien la tenía. Ahí me senté a ver la televisión y vi la imagen que recorre el mundo”, declaró.
En tanto, Fernández aseveró que el hecho tuvo “varias consecuencias” en ella, llevándola a tomar medidas de seguridad que hasta ese entonces no consideraba.
“Una familia que sufre eso tiene consecuencias”, sostuvo, indicando que incluso se cambió de casa. Además, contó que su nieta recibió tratamiento psicológico.
De acuerdo a Perfil, Fernández enfatizó que había un clima de violencia previo al intento de asesinato en su contra. “Es de público y notorio. Inclusive después de la pandemia los episodios fueron in crescendo”, dijo.
“Recuerdo guillotinas en la Plaza de Mayo, bolsas mortuorias en Casa Rosada, a mi casa en Juncal y Uruguay periódicamente cada semana o 15 días venía una combi de la cual bajaban señoras y señores un poco más grandes, ponían marchas militares e insultaban durante un buen rato”, mencionó.
La exmandataria además recordó que previamente se habían repartido por la capital afiches con su rostro en los que se le responsabilizaba por 35 mil muertes durante la pandemia.
“Había mucha violencia. Curiosamente, todos esos grupos, a partir del atentado, desaparecieron. A partir de ese 1 de septiembre no fueron nunca más esas personas”, puntualizó.
“Ese era el clima que se vivía antes del atentado. Finalmente concluyó con el intento fallido, con el tiro que no salió”, señaló.
En el video del atentado se ve a Fernando Sabag Montiel apuntando con una pistola a pocos centímetros de la cabeza de Fernández. No obstante, la bala no se disparó.
El delito que se les imputa al hombre -hijo de padre chileno-, su exnovia Brenda Uliarte y Gabriel Carrizo es el de homicidio doblemente calificado por alevosía y en concurso premeditado de dos o más personas agravado por el uso de arma de fuego.