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El Centro Carter, observador internacional presente en las elecciones presidenciales de Venezuela, emitió un informe señalando que el proceso electoral no cumplió con estándares internacionales de integridad, por lo que no puede considerarse democrático. La organización cuestionó la autenticidad de los resultados declarados por el CNE y denunció la parcialidad del órgano electoral a favor del oficialismo, deficiencias en el registro de electores, restricciones a partidos y candidatos de oposición, desequilibrios en la campaña electoral y falta de transparencia en la difusión de resultados. A pesar de las dificultades, la ciudadanía participó cívicamente en la jornada de votación. El Centro Carter desplegó 17 expertos para observar los comicios y publicará un informe detallado sobre sus hallazgos en Venezuela.

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El Centro Carter, en su rol de observador internacional presente en las elecciones presidenciales en Venezuela, emitió un informe respecto de los comicios del pasado domingo. Según la organización, el proceso electoral “no se adecuó” a los parámetros internacionales de integridad electoral, por lo que “no puede ser considerada como democrática“.

La sede del Centro Carter en Atlanta emitió una declaración, en el que afirmó que no se puede verificar o corroborar la autenticidad de los resultados de la elección presidencial declarados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela. La falta de anuncios desglosados por mesa electoral es considerada una grave violación de los principios electorales, expuso la entidad.

“La elección presidencial de Venezuela de 2024 no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática“.

De acuerdo con el Centro Carter, el proceso electoral en Venezuela no alcanzó los estándares internacionales de integridad en ninguna de sus etapas relevantes y violó numerosos preceptos de la legislación nacional. Se desarrolló en un ambiente de libertades restringidas, afectando a actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación, añadió la declaración.

Parcialidad del Consejo Nacional Electoral

El Centro Carter observó que a lo largo del proceso, las autoridades del CNE mostraron una notable parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición.

También señaló que la actualización del registro de electores se realizó con “numerosos inconvenientes: plazos muy cortos, relativamente escasos lugares de inscripción y una mínima campaña de información”.

Este problema se agravó en el exterior, donde los ciudadanos enfrentaron “barreras legales desmedidas, incluso arbitrarias, para inscribirse en el padrón en el extranjero”. Esto resultó en cifras muy bajas de nuevos votantes en el exterior, según consignó el Centro Carter.

Restricciones en Venezuela a partidos y candidatos

El registro de partidos y candidatos tampoco cumplió con los estándares internacionales.

Según el informe, “partidos de la oposición han sufrido intervenciones judiciales en desmedro de sus liderazgos social y políticamente más reconocidos para beneficiar a personas afines al gobierno”. Además, la inscripción de candidaturas de las principales fuerzas de oposición estuvo sujeta a la “discrecionalidad de las autoridades electorales que adoptaron decisiones sin respetar principios jurídicos básicos”.

Desigualdad en la campaña electoral

La campaña electoral se desarrolló con un notable desequilibrio a favor del gobierno.

El Centro Carter observó que la candidatura oficialista contó con “muy amplios recursos, lo que se tradujo en la gran desproporción de mítines, murales, vallas y afiches a su favor”.

También se observó el “abuso de recursos públicos, incluyendo el uso de vehículos, la movilización de funcionarios para la campaña y el uso de programas sociales”.

La organización añadió que la candidatura gubernamental tuvo preponderancia en la televisión y la radio, tanto en publicidad como en la transmisión de eventos y cobertura noticiosa.

Además, las autoridades intentaron “restringir las campañas de la oposición, incluyendo la persecución e intimidación de personas que prestaron servicios o vendieron bienes para el proselitismo opositor”.

Participación ciudadana y restricciones

A pesar del contexto adverso, la ciudadanía venezolana se movilizó masiva y pacíficamente el 28 de julio para expresar sus preferencias, expuso el Centro.

La jornada de votación transcurrió cívicamente, pese a “restricciones en el acceso a recintos para observadores nacionales y, sobre todo, testigos de partidos“. Hubo reportes de tensión y violencia en algunas localidades.

En los recintos visitados, los equipos del Centro Carter comprobaron la voluntad de la ciudadanía por participar en un proceso democrático.

Según el informe, la ciudadanía demostró “su compromiso cívico como integrantes de mesa, testigos de partidos y observadores“. Sin embargo, estos esfuerzos fueron desmerecidos por la falta de transparencia del CNE en la difusión de los resultados.

Sobre la Misión del Centro Carter en Venezuela

El Centro Carter fue invitado por el CNE para observar la elección presidencial y firmó un memorando de entendimiento para garantizar la libre observación.

Así las cosas, desplegó 17 expertos y observadores en Caracas, Barinas, Maracaibo y Valencia, reuniéndose con una amplia gama de actores.

Dada la cantidad limitada de observadores, las observaciones directas fueron restringidas, especialmente el día de las elecciones.

En su declaración, la entidad indicó que publicará un informe final detallando todos los hallazgos de su misión en Venezuela.

El Centro Carter ha observado 124 elecciones en 43 países, comprometiéndose con la observación imparcial e independiente para proporcionar transparencia en los procesos electorales, promoviendo estándares internacionales de elecciones democráticas.