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El expresidente argentino Alberto Fernández decidió no asistir a Venezuela como observador internacional en las elecciones del domingo, luego de que el régimen de Nicolás Maduro le pidiera que no viajara. Esto ocurrió tras declarar en una entrevista que Maduro debería aceptar el veredicto popular en caso de perder en los comicios. A través de sus redes sociales, Fernández compartió la carta en la que el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano lo convocaba, pero el gobierno de Maduro le solicitó que desistiera de cumplir con la tarea argumentando que sus declaraciones generaban dudas sobre su imparcialidad. Fernández enfatizó su deseo de que las elecciones sean transparentes y que se respete el veredicto popular, destacando la importancia de la convivencia democrática en Venezuela. Las elecciones han sido criticadas por el encarcelamiento de opositores y las trabas para la participación de venezolanos en el exterior, ya que solo 69.211 de los 21,4 millones habilitados para votar en el extranjero cumplen con los requisitos impuestos por el régimen.

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Alberto Fernández no irá a Venezuela, en donde iba a participar como observador internacional en las elecciones del domingo, acusando al régimen de Nicolás Maduro de pedirle que no viaje.

Esto, luego que en una entrevista señalara que si el gobernante chavista perdía en los comicios, debía aceptar el veredicto popular.

A través de sus redes sociales, el expresidente argentina compartió la carta con la que el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano lo convocó para que se desempeñara como veedor del proceso.

Sin embargo, aseguró, el gobierno de Maduro le “transmitió su voluntad” de que no viajara y desistiera de cumplir con la tarea que le encomendó el CNE.

“La razón que se me dio es que, a juicio de aquel gobierno, declaraciones públicas realizadas por mí ante un medio nacional causaban molestias y generaban dudas sobre mi imparcialidad”, escribió Fernández.

“Entendieron que la coincidencia con lo que había expresado un día antes el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, generaba una suerte de desestabilización del proceso electoral”, añadió.

“Debo aclarar que no comprendo tal malestar. Solo dije que en una democracia, cuando el pueblo emite su sufragio, ‘el que gana, gana y el que pierde, pierde’ y si el oficialismo fuera eventualmente derrotado debía aceptar el veredicto popular. Otro tanto debería hacer la oposición en el caso de que el resultado le fuera adverso”, sostuvo.

En la carta, el exmandatario remarcó que “ante la insólita demanda, creí conveniente no viajar y no dar lugar a que se me atribuya querer enturbiar una jornada electoral trascendental, cuando solo buscaba cumplir con la tarea propia de un veedor electoral”.

Fernández enfatizó que un veedor electoral debe vigilar el cumplimiento de las normas establecidas durante todo el acto electoral, de manera objetiva, imparcial y transparente. “Ese era mi único propósito”, sostuvo.

“Mi mayor deseo es que Venezuela, que en estos años fue asediada por amenazas de invasión y lastimada en su economía por un brutal bloqueo, pueda celebrar sus elecciones de manera transparente y que el veredicto popular sea respetado cualquiera sea el resultado”, escribió.

“Si ese objetivo se cumple, el pueblo venezolano recuperará la convivencia democrática y los millones de venezolanas y venezolanos que debieron emigrar podrán regresar a esa maravillosa tierra en la que nacieron”, concluyó.

Las elecciones del domingo, en las que Maduro buscará una nueva reelección, han sido ampliamente cuestionadas por el encarcelamiento de opositores y las trabas para que participen los venezolanos en el exterior.

De hecho, pese a que teóricamente 21,4 millones de venezolanos en el extranjero pueden votar, sólo 69.211 están habilitados debido a los diversos requisitos impuestos por el régimen.