El papa Francisco anunció la promoción del cura chileno Andrés Gabriel Ferrada Moreira, que fue uno de los primeros eclesiásticos de su país en denunciar los abusos sexuales a menores del sacerdote Fernando Karadima.

Ferrada Moreira (52) ejercerá a partir del 1 de octubre como el número dos de la Congregación para el Clero, encargada de la formación de los religiosos.

Sacerdote desde 1999, Ferrada Moreira se doctoró en teología religiosa en Roma y desde 2018 trabaja en la Congregación para el Clero.

Él testificó ante la justicia chilena sobre las agresiones a menores de Karadima, a pesar de no haber sido víctima de este sacerdote. Se le declaró culpable en 2011 de haber cometido agresiones a niños entre 1980 y 1990.

Karadima, un ex formador carismático de otros curas, fue expulsado del sacerdocio en 2018 por el Vaticano y murió en julio de 2021, con 90 años.

Delitos de Karadima

La iglesia chilena, acusada de haber silenciado este tipo de comportamientos, sufrió una ola de siete dimisiones, aceptadas por Francisco.

Según datos oficiales, hasta 2019 se abrió más de 200 investigaciones a eclesiásticos chilenos por 150 casos de abusos sexuales.

De esta cifra, se identificó más de 240 víctimas, 123 de ellas menores de edad.

A los 90 años murió el religioso Fernando Karadima, expulsado del sacerdocio luego que se comprobara que cometió delitos sexuales.

El deceso se produjo la noche del domingo en el Hogar San Juan de Dios y, según consta en su certificado de defunción murió de una bronconeumonia, insuficiencia renal, diabetes melitus e hipertensión arterial.

La iglesia católica, históricamente muy influyente en Chile, perdió una gran influencia en este país por estos escándalos.

Karadima concurrió hasta la urgencia del Hospital Clínico de la Universidad Católica, donde no pudo ser internado de inmediato ante la alta ocupación de camas por la covid-19.

Luego de aquella oportunidad, el hombre culpable de diverso delitos sufría problemas cardíacos.