El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, acusó este domingo a Estados Unidos de querer “boicotear” las elecciones generales de noviembre cuando la mayoría de los potenciales candidatos opositores están presos bajo cargos de “menoscabar la soberanía” del país.
“El imperio no quiere elecciones en Nicaragua, el imperio quiere boicotear, sembrar nuevamente el terrorismo en nuestro país, pero si Dios quiere vamos a realizar esas elecciones” y “el pueblo saldrá a votar”, afirmó Ortega, sin dar detalles de su denuncia, durante un acto en Managua.
Según el mandatario, las elecciones del 7 de noviembre “son un paso más en la batalla por nuestra segunda independencia”, en alusión al supuesto “dominio” de Estados Unidos sobre los países de la región después de la colonia española.
“Vinieron los yanquis y dijeron América para para los americanos y empezaron a dominar nuestros países. Y el país que no se dejaban dominar los invadían o les daban golpes de estado”, rememoró.
Reclamó que cuando los candidatos de Washington no ganan una elección “hacen todo lo posible por desestabilizar al país, como lo han hecho en Cuba, Venezuela, Bolivia y en el pasado en Brasil.
Siete aspirantes a la presidencia de la oposición han sido encarcelados por la justicia nicaragüense desde el pasado 2 de junio por “menoscabar la independencia, la soberanía, la autodeterminación e incitar la intervención extranjera”.
Entre los detenidos esta Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), quien figuraba en las encuestas como favorita para enfrentar una casi segura candidatura a la reelección de Ortega, en el poder desde 2007 tras dos reelección sucesivas.
Los seguidores de Ortega dan por hecho que Ortega, de 75 años, será nominado nuevamente a la presidencia para un cuarto mandato sucesivo.
Sus rivales de oposición no podrán inscribirse debido a las acusaciones formuladas en su contra por la Fiscalía, en base a una polémica ley, aprobada en diciembre pasado, que castiga con cárcel a quienes promuevan o aplaudan las sanciones internacionales contra Managua.
Más de treinta funcionarios y familiares de Ortega han sido sancionados por Washington por corrupción y violación a los derechos humanos desde el 2018, cuando a el país fue sacudido por fuertes protestas, cuya represión dejo más de 300 muertos.
Ortega atribuyó la revuelta a un fallido golpe de estado apoyado por Estados Unidos, acusó a los opositores de “terroristas”, y ha hecho caso omiso a las críticas internacionales.
Con el “imperio no hay espacio alguno de negociación, ni de entendimiento (..) el yanqui no entiende, se cree el dueño del mundo.. se cree superman”, dijo el mandatario, quien añadió que “vencerán las agresiones del imperio”.
Ortega habló tras asistir, junto con su esposa, la vicepresidente Rosario Murillo, a la mesa electoral de su domicilio en Managua para confirmar si sus nombres aparecen en el padrón electoral.