Ford anunció este lunes el cierre de todas sus fábricas de automóviles en Brasil, donde operaba desde hacía un siglo, en una decisión que dejará a casi 5.000 personas sin trabajo.

El anuncio se da en el marco de una reestructuración de la producción del grupo de Detroit (Estados Unidos) en América del Sur, donde registra déficits desde hace varios años, agravados por el derrumbe del sector en Brasil en 2020 debido a la pandemia de coronavirus.

La noticia cayó como una bomba en Brasil, que tiene niveles récord de desempleo y lucha por salir de la recesión, y multiplicó las críticas contra el gobierno de Jair Bolsonaro por sus dificultades para crear un ambiente de negocios favorable.

La firma abastecerá el mercado regional a partir de su producción en Argentina, Uruguay y otros orígenes.

Los costos de la medida en Brasil tendrán un impacto de 4.100 millones de dólares en las arcas de Ford, precisó la compañía en un comunicado.

“Sabemos que estas acciones son muy difíciles, pero necesarias, para crear un negocio saludable y sustentable”, dijo el presidente de la empresa, Jim Farley, citado en el documento.

Las operaciones cesarán de forma inmediata en la fábrica de Camaçari (estado de Bahía, nordeste) y de Taubaté (interior de Sao Paulo). Una tercera fábrica en Ceará (noreste) continuará funcionando hasta el último trimestre del año.

Ford mantendrá un centro de pruebas en Tatuí (interior de Sao Paulo), así como su sede regional en la capital económica de América Latina.

Ford instaló su primera fábrica en Brasil en 1921, en Sao Paulo, para producir 4.700 automóviles y 360 tractores por año.

Reestructuración regional

“Las operaciones de manufactura en Argentina y Uruguay y las organizaciones de ventas en otros mercados de América del Sur no serán impactadas”, afirmó la nota de Ford.

Ford anunció en noviembre su regreso a Uruguay después de más de tres décadas, con una planta que creará 200 puestos de trabajo.

“Al cerrar la producción en Brasil, estamos cambiando hacia un modelo de negocios ágil y reducido (…) Vamos a acelerar la disponibilidad de los beneficios producto de la conectividad, la electrificación y de las tecnologías autónomas abasteciendo de forma eficaz la necesidad de vehículos ambientalmente más eficientes y seguros”, agregó la marca.

“El sector vio una fuerte consolidación en los últimos años. General Motors en particular se movió muy agresivamente para salir de mercados sin interés financiero. La salida de Ford de Brasil confirma que quieren tomar las mismas decisiones en mercados de bajo rendimiento”, afirmó Karl Brauer, analista del portal especializado CarExpert.com

“No es una buena noticia. Ford ganó bastante dinero en Brasil (…) Pienso que podría haber retrasado la decisión y esperado, porque nuestro mercado consumidor es mayor que el de otros”, dijo el vicepresidente brasileño, Hamilton Mourao, en declaraciones a CNN Brasil.

Los sindicatos de la fábrica de Bahía convocaron a una protesta el martes por la mañana.

“Advertencia para Brasil”

El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, del partido DEM (centro-derecha), afirmó que “el cierre de Ford es una demostración de la falta de credibilidad del gobierno brasileño, de reglas claras, de seguridad jurídica y de un sistema tributario racional”.

“Nuestro sistema se ha convertido en un manicomio en los últimos años, con un impacto directo en la productividad de las empresas”, añadió Maia.

“Ford mundial cerró fábricas en el mundo porque va a enfocar su producción en camionetas más rentables. No tiene nada que ver con la situación política, económica y jurídica de Brasil”, le respondió Fabio Wajngarten, secretario ejecutivo de las comunicaciones de la Presidencia brasileña.

Pero la Federación de Industriales del Estado de Sao Paulo (Fiesp) lamentó el anuncio. La decisión es una consecuencia de la falta de una agenda que “mejore el ambiente de negocios y aumente la competitividad de los productos brasileños” y es una “una advertencia para Brasil”, señaló.

La venta de vehículos nuevos en Brasil se derrumbó un 26,16% en 2020 bajo el impacto de la pandemia de coronavirus, según la Federación Nacional de Distribuidores de Vehículos Automotores (Fenabrave). El año pasado se patentaron 2,05 millones de automóviles, frente a 2,787 millones en 2019.

La pandemia se halla en una nueva fase ascendente en Brasil, el segundo país con más muertos por el covid-19, con más de 203.000 decesos.