El goce de una sexualidad plena muchas veces depende del desprendimiento de prejuicios y disposición que cada quien tiene ante un encuentro íntimo. De esta forma, algunas personas deciden explorar más allá de las prácticas convencionales, añadiendo nuevos componentes a su realidad sexual.
En una relación íntima heterosexual, los roles tanto de la mujer como del hombre parecen establecidos desde hace muchos años. Es por ello que cuando existen componentes que desafían este orden, muchas veces suelen provocar rechazo o curiosidad en las personas, que pocas veces lo admiten.
No obstante, el cuerpo “esconde” decenas de zonas erógenas, las cuales presentan mayor sensibilidad en comparación a otros lugares del organismo y que están destinados a activar sexualmente a una persona.
Zonas erógenas masculinas
Más allá del sector genital en sí, que incluye al pene, testículos y partes aledañas, existe un punto erógeno que muy pocos hombres heterosexuales se atreven a estimular y que además desconocen cómo hacerlo: El punto P.
Ubicado detrás de los testículos y accesible de forma directa solo a través del ano, el punto prostático es el mayor responsable del placer sexual masculino. Como dice su nombre, está localizado en la próstata, responsable de la protección del esperma en el acto sexual.
Sin embargo, un montón de prejuicios lograron dejar totalmente fuera a esta zona en los encuentros sexuales, la cual sólo ha sido incluida en relaciones homosexuales y, de forma paulatina, entre una nueva generación de hombres.
Lee también: 4 métodos anticonceptivos masculinos que te ayudarán a tener sexo seguro
“Los hombres heterosexuales que juegan con el placer anal, forman parte de un grupo de hombres modernos, renovados e informados. No me ha pasado que hombres que tengan un comportamiento sexual conservador declaren abiertamente que le guste el juego erótico con estimulación de la próstata o empleo de juguetes sexuales en el ano”, comenta Natalia Guerrero, psicoterapeuta miembro de Escuela Transdisciplinaria de sexualidad.
En esta línea José Luis Rioseco, director del centro de atención psicológica Chile Psicólogos, considera que cualquier práctica –en mutuo acuerdo- debería ser agradable para la pareja, pero son “los condicionamientos socioculturales, los que hacen que algunas prácticas resulten chocantes para algunas personas”.
“Por ejemplo, si una mujer le propone a su pareja del sexo opuesto invertir los roles típicos y que él sea penetrado por ella, el hombre podría sentir que se pone en juego su masculinidad”, opina el psicólogo.
En este sentido, el experto culpa los roles establecidos según género, los que hacen pensar que los comportamientos fuera de ellos son “ridículos” o “graciosos”.
Experimentar nuevas experiencias
Cuando una pareja logra establecer una vida sexual activa, es habitual que ambos consideren nuevos elementos y experiencias en su intimidad. Para Rioseco, no hay un momento de la relación donde estas peticiones ocurran con mayor frecuencia, pero sí se dan cuando existe actividad demasiado rutinaria.
“El hacer nuevas cosas implica la posibilidad de experimentar formas de placer que eran desconocidas y que pueden resultar muy atractivas y revitalizantes para la pareja”, comenta el psicólogo.
Respecto a la penetración masculina heterosexual, tal como en cualquier nueva practica, José Luis Rioseco señala que debe ser propuesta por la pareja de forma sutil y ser llevada a cabo de forma gradual.
“En ningún caso se puede forzar”, comenta y destaca: “pero tampoco la idea es dejar hasta ahí el tema y seguir viviendo una sexualidad rutinaria y sin mayores cambios”.
El psicólogo considera que la creatividad dentro de la vida sexual es sinónimo de demostrar interés y atracción por el otro miembro de la relación. “Esto es muy importante para la salud de la pareja”, comenta.
“Cuando existen prejuicios que no nos dejan innovar, la idea es ponerlos sobre la mesa (o sobre la cama) para que ambos entiendan el sentido de llevar a cabo nuevas prácticas y así las conecten con algo significativo y excitante, dándose una mayor libertad de acción”, agrega.
No obstante, el experto señala que además de “no forzar” a la pareja es importante tener claro cuál es el límite de cada uno. “Por ejemplo, si por nuestra historia personal no nos sentimos preparados a incorporar a terceras personas a la relación y de igual forma lo hacemos para dar en el gusto, podemos resultar dañados y confundidos y la relación podría entrar en una crisis compleja.”, ejemplifica.
“También es necesario que no exista violencia, discriminación ni coacción, que cada persona pueda decidir libremente qué tipo de práctica realizar de acuerdo de su marco ético de referencia”, señala el psicólogo.
“El parámetro de lo saludable en relación a experimentar ‘cosas nuevas’ está dado por lo que cada uno siente que podría hacer sin resultar dañado. Y si hay prácticas que a nuestra pareja le llaman la atención, pero a nosotros no o viceversa, siempre está la posibilidad de conversar y acordar algo intermedio, en donde ambos puedan disfrutar.”, concluye el director de Chile Psicólogos.
Juguetes sexuales: Una buena alternativa para comenzar nuevas prácticas íntimas
Desde la vereda de quienes no se identifican con prejuicios o que se interesan por experimentar nuevas experiencias, hay muchas opciones para comenzar una nueva práctica sexual que incluya al Punto P.
Al respecto, José Montero, encargado de Sex Shop Chile, reconoce que gran mayoría de los compradores de estos productos son parejas homosexuales pero que; sin embargo, cada vez aumenta la tendencia en parejas hetero.
“Llevado a porcentajes, podríamos decir que un 80% son homosexuales y el otro 20% son heterosexuales. Aún así en los últimos años hemos visto un aumento progresivo de hombres heterosexuales que se atreven a estimular la próstata o punto P comprando estos productos”, detalla Montero.
En relación al porcentaje menor, José revela que casi todas las compras de este tipo de juguetes las hacen las parejas de los interesados. “En muy pocos casos, el hombre heterosexual adquiere estos productos por su cuenta, en general, acuden en pareja a la tienda o bien la mujer lo hace”, explica. “Aún así es el hombre quien revisa, compara y decide que producto adquirir en internet”, agrega.
Para comenzar esta práctica, el experto recomienda utilizar “productos sutiles y no invasivos”. José recomienda comenzar con un estimulador prostático que estimule el perineo y que no tenga dimensiones muy amplias, tal como este Estimulador de Próstata Blanco Starsex.
Por otra parte, el juguete de esta índole más vendido es el Estimulador de Próstata Starsex, el cual incluye movimientos. “La vibración produce mayor estimulación, placer y otorga una mejor dilatación. Además, su diseño anatómico, textura de silicona y su bajo costo, lo hacen el estimulador prostático más vendido”, explica José.
En tanto, existen otros modelos más conocidos de estimuladores prostáticos. Entre ellos, el encargado de Sex Shop Chile destaca el Plug Anal, el cual cuenta con una pequeña longitud, y el Plug Booty Vibrador, que imita el modelo de las famosas “bolas chinas”, cuyos valores no superan los 10 mil pesos.
Finalmente, el experto reconoce que “si bien no existe una posición física establecida para el uso de estos productos, la más recomendada, y una de las más fáciles para la inserción de este tipo de estimuladores, es la posición de “perrito” (coito a tergo), donde la penetración del mismo estimulador se facilita mucho más”.