La modelo protagonizó uno de los shows de la Vedetón en 2004, sin embargo, tras una cirugía de glúteos desarrolló una serie de problemas de salud.

La modelo argentina Silvina Luna, quien se lució hace algunos años en la Vedetón, fue hospitalizada en terapia intensiva en el Hospital Italiano de Buenos Aires.

Según se informó desde el lugar, su estado de salud es delicado tras sufrir complicaciones derivadas de una operación estética de aumento de glúteos realizada hace años por el polémico cirujano Aníbal Lotocki, quien le inyectó metacrilato.

Según indicó el periodista Ángel de Brito, Luna “está sedada y con respirador”, aunque se encuentra acompañada por su familia. “Está sufriendo un montón hace mucho tiempo”, agregó el conductor.

Luna sufre de una insuficiencia renal a consecuencia de la hipercalcemia, una enfermedad que provoca desequilibrios en los niveles de calcio en el organismo, producida por una intoxicación de metacrilato.

“Lamentablemente, Silvina Luna está en terapia intensiva desde el día 14 de junio. Ingresó por guardia con su hermano el día 13. Se habría complicado uno de sus pulmones por una bacteria. Continúa en lista de espera para trasplante renal. Y está intubada”, informó otra comunicadora argentina.

Antecedentes

En 2011 la modelo se sometió a una intervención del tipo estética realizada por el cirujano Lotocki. Según se publicó en su momento, la introducción de una sustancia tóxica en su cuerpo (polimetil metacrilato) le provocó hipercalcemia e insuficiencia renal.

A partir de este cuadro, Luna debe realizarse diálisis tres veces por semana durante cuatro horas. Actualmente, necesita un trasplante de riñón para que su vida pueda volver a la normalidad.

“Una de las personas que se ofreció a donarme un riñón fue mi hermano, pero a mí todavía me da cosa hablarlo. Yo sé que él está ahí, pero depende de muchas cosas”, había asegurado la modelo.

¿Por qué está internada Silvina Luna?

El nefrólogo Jorge Luis de La Fuente, encargado del servicio de Nefrología del Hospital Privado de Córdoba, el de Luna es un caso poco frecuente.

La enfermedad renal crónica en todo el espectro de su gravedad afecta a más del 10 % de la población, la mayor parte de las veces como consecuencia de enfermedades prevalentes como la diabetes y la hipertensión.

Lo más significativo es que puede ser diagnosticada precozmente con análisis simples de sangre y orina y su tratamiento puede evitar la llegada a etapas avanzadas que requieren de diálisis o trasplante renal.

La internación actual podría ser una intercurrencia infecciosa que ha requerido de cuidados intensivos, según se ha comentado en los medios.

Metacrilato

En cuanto a su enfermedad renal, según lo publicado, se habría originado en intervenciones en las que se le habría administrado metacrilato, una sustancia que puede desencadenar una reacción inmunológica que puede provocar hipercalcemia.

En esa situación, la eliminación continuada de cantidades excesivas de calcio por vía renal, además de generar la formación de cálculos en la vía urinaria, provoca la precipitación de cristales de este material en el riñón, dañando su estructura y llevando finalmente a la insuficiencia renal crónica en estadios avanzados.

¿El trasplante es la solución?

Sin dudas, el trasplante renal es el mejor tratamiento de la insuficiencia renal extrema. Para ello es necesario que el paciente se encuentre en condiciones médicas que lo hagan una opción viable.

Primero deberá superar la actual situación crítica. Según se comenta, tendría además que completar el tratamiento de un proceso infeccioso previo generado por micobacterias, un patógeno difícil de erradicar y que requiere tratamientos prolongados, para por fin llevar adelante las evaluaciones necesarias para poder realizar el trasplante renal.

La actual situación es de altísimo riesgo vital. Aún fuera de este evento agudo grave que la tiene en la unidad de cuidados críticos, la enfermedad renal terminal se asocia a un aumento del riesgo cardiovascular de aproximadamente 100 veces más que el de la población general con función renal normal.

Además, la enfermedad renal incrementa el riesgo de otras complicaciones como las infecciones y las fracturas, entre otras.

¿Puede recibir cualquier riñón?

Una vez superadas las complicaciones y ya en condiciones de trasplante, podría recibir cualquier riñón inmunológicamente compatible. Este podría provenir de la donación de pacientes fallecidos, a través del sistema de distribución que depende del INCUCAI o de un donante vivo que cumpla con los requisitos legales que la ley establece y que sea médicamente apto según la evaluación de un centro de trasplantes.

En el caso de los donantes vivos, además de la ventaja que puede significar la mayor compatibilidad que a veces se puede encontrar, la principal ventaja son los menores tiempos de espera para poder llevarlo adelante.

El trasplante permite une mejora en la calidad y tiempos de vida de los pacientes. Debido a que el órgano trasplantado es extraño para el sistema inmune del receptor, este debe recibir inmunosupresión para evitar el rechazo, es decir, que el sistema inmune se active contra el órgano trasplantado y lo dañe.

Debido a esto, los pacientes que viven con un trasplante tiene un incremento en el riesgo de infecciones, riesgo que puede ser atenuado por medidas de prevención, permitiendo así a los pacientes llevar adelante una vida normal.

En relación con el donante vivo, si bien existen riesgos, estos son de muy baja frecuencia y más allá de los propiamente relacionados con la cirugía, parecen concentrarse en algunas características genéticas asociadas a factores raciales o a enfermedades familiares principalmente.