El actor comentó que está enfocado en vivir y gozar la crianza. Actualmente soltero, admite que esta soledad es la que le permite este disfrute de tiempo completo.

Benjamín Vicuña (44) está de lleno dedicado al proceso de crianza de sus cinco hijos y disfrutando cada paso de su corresponsabilidad como padre.

En una entrevista con la revista Velvet, el actor chileno reflexionó sobre este rol, el que cambió radicalmente tras la muerte de la pequeña Blanquita, de seis años, en 2012.

El mismo intérprete reconoce que hace 10 o 15 años atrás se veía más “neurótico”. “Hubo períodos en los que me arrepiento de haber hecho el ‘Duérmete Niño’ (controvertido método para que los niños se duerman solos) o de haber perdido el tiempo poniendo límites”, reconoció.

“Me cago de la risa. Hoy, en cambio, lo estoy disfrutando. El de 15 años directamente es mi partner. Hay quienes dicen ‛ojo, tu hijo no puede ser tu amigo’… ¡Váyanse a la cresta! Obviamente, sigo siendo su papá, su tutor, pero lo disfruto.”, añade.

Benjamín Vicuña y su paternidad soltera

Otro elemento vital para él, es el estar “solo con ellos”. “Al no estar en pareja es más fácil el manejo”, aseguró.

Y es que a Vicuña le gusta pasar tiempo con sus hijos que, a pesar de sus diferentes edades, se mantienen una buena relación.

Bautista (15), Beltrán (10) y Benicio (8), nacieron de su relación con Carolina “Pampita” Ardohaín; mientras que Magnolia (5) y Amancio (2), de su romance con Eugenia “China” Suárez.

Una gran familia

La pandemia también marcó un cambio en la vida del actor y vio en la necesidad de tener a sus niños semana por medio de forma corrida. Allí fue que la co-crianza se presentó en gloria y majestad como un hecho.

A su vez, no repara en halagos para las madres de sus hijos: “tengo la suerte de tener dos ex parejas que son muy buenas mamás y hacen lo imposible por sacar adelante a estas familias grandes, numerosas y demandantes”.

El proceso que actualmente vive, también va de acuerdo al giro de los tiempos. “No soy ni el mejor ni el peor papá del mundo, pero creo que a la hora de evaluar es inevitable compararse con generaciones anteriores”, confesó.

“Cada vez veo a más papás en las reuniones de apoderados. No existe un recuerdo mío de un papá en una reunión, ni siquiera en una fiesta de fin de año”, destacando la brecha generacional de antaño.

Vicuña y sus hijos
Velvet

“Estoy en un momento donde la vida me está obligando a una soltería en la que descubrí que encuentro mi mejor expresión como papá“, afirmó. “Mis hijos son mi día a día. Son mi vida, no tengo más que eso”.

“No me permito quedarme en la melancolía”

Hace pocas semanas, Vicuña lanzó su libro Blanca, la niña que quería volar, dedicado a su primera hija, quien falleció a los seis años en 2012. Un momento que jamás podrá olvidar, pero que también lo impulsa a seguir adelante.

“No me permito quedarme en la melancolía. Ganas no me faltan. Lo que pasa es que le pongo mucha actitud a la vida, es el instinto el que me ha salvado”, dijo.

“Hay cosas que no entiendo por qué hago, como haberle puesto al cuerpo a esa película, escribir este libro o hacer esta entrevista. No lo entiendo, pero debe tener un sentido. Espero”, cerró.

VICUÑA Y SUS HIJOS
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