A comienzos de este año Sony estrenaba por todo lo alto la cinta “Madame Web”, protagonizada por Dakota Johnson y Sydney Sweeney. Sin embargo, la película no tuvo el desempeño esperando en las salas de cine.
En su primer fin de semana logró recaudar poco más de $15 millones de dólares, cifra que, contrastada con la inversión de $100 millones de dólares, es ínfima.
A casi un año de su debut, según cifras de Box Office Mojo, la cinta de Sony recién pudo recuperar el dinero invertido en la producción, con una ganancia inferior a los $500 mil dólares.
Y aunque las razones para el fracaso pueden ser varias, en una entrevista con Los Angeles Times recogida por Variety, el CEO de Sony, Tony Vinciquerra, lo atribuyó a que “la crítica la destruyó”.
El empresario, luego de analizar situaciones similares con la recién estrenada Kraven y la tercera entrega de Venom, se tomó un momento para defender la cinta de la “Mujer araña”.
“Madame Web tuvo un bajo rendimiento en los cines porque la prensa la crucificó”, dijo de entrada. “No era una mala película, y funcionó muy bien en Netflix”, argumentó.
Al respecto, el CEO de Sony afirmó que el que las personas no fueran al cine a ver Madame Web se debió a que los críticos se empecinaron en “destrozarla”.
“Por alguna razón, la prensa decidió que no quería que hiciéramos esas películas de ‘Kraven‘ y ‘Madame Web‘, y los críticos las destrozaron“, aseguró Vinciquerra.
De acuerdo al representante de la empresa, los críticos habrían intentado hacer lo mismo con la cinta protagonizada por Tom Hardy, sin embargo, a su juicio, no funcionó: “También lo hicieron con ‘Venom‘, pero al público le encantó ‘Venom‘ e hizo de ‘Venom‘ un éxito masivo”.
“No son películas terribles. Simplemente fueron destruidas por los críticos en la prensa, por alguna razón”, dijo a modo de defensa y deslizando la culpa a los medios.
Actualmente, Madame Web tiene una puntuación del 11% en Rotten Tomatoes, donde acumula más de 260 reseñas. En una de ellas, escrita por un crítico del Wall Street Journal se lee: “Colapsa de forma tan patética que los ejecutivos del estudio podrían haber llamado al 911 para rescatarla”.