Por años Hollywood intentó adaptar The Sandman de Neil Gaiman a las pantallas, pero fue finalmente Netflix el que se ganó el premio. Estrenada este 5 de agosto, la serie de 10 capítulos nos sumerge en el mundo de sueños de Morpheus para una aventura que incluso te sacará lágrimas.

Es indiscutible que Neil Gaiman es uno de los grandes escritores de su generación. Por eso sus trabajos son codiciados para ser adaptados a series o películas, como pasó con Coraline, tal vez el más famoso de todos.

Por supuesto, The Sandman no era una excepción.

Tras la publicación de la serie de novelas gráficas en 1989 por DC Comics y posteriormente por su sello Vertigo, Gaiman luchó fehacientemente por impedir que Morpheus (protagonista de la historieta) y sus hermanos cayeran en manos que no fueran a traspasar de forma fidedigna la obra.

En 2013, el actor Joseph Gordon-Levitt trabajó en una adaptación cinematográfica de The Sandman que finalmente se vino abajo en la etapa de pre producción. El actor de 500 days of Summer estaba fichado para dirigir y protagonizar la película, pero en marzo de 2016 se retiró del proyecto y la prensa publicó que el motivo fue por “razones creativas”. En la oportunidad, el escritor se manifestó a través de Twitter señalando que no era el dueño de Sandman, pero que Gordon-Levitts tenía su respeto y le gustaría trabajar con él a futuro.

Así, a 33 años de la primera publicación, nadie había logrado llevar a la pantalla al Rey de los Sueños… hasta este 5 de agosto cuando Netflix finalmente estrenó la primera temporada de 10 capítulos protagonizada por el actor británico Tom Sturridge.

Mr. Sandman, bring me a dream

La serie, al igual que el comic, inicia con Dream siendo capturado por Roderick Burgess (Charles Dance) y sus seguidores en un ritual para atrapar a Death y así revivir a su hijo mayor, quien murió en la Primera Guerra Mundial.

En el primer capítulo está claro que son pocas las libertades que se tomaron los creadores al momento de adaptar la historia del papel al streaming. Hay escenas que son calcadas a las ilustraciones de los artistas en Preludios y Nocturnos, el primer volumen de The Sandman y seguramente esto le dará cierta tranquilidad a los fanáticos más fieles de Gaiman. Pero quizás, lo más destacable son las actuaciones.

Sturridge brilla en el estoico Morpheus. No sólo son los rasgos faciales que recuerdan bastante a su símil en el cómic, sino que también su voz juega una parte importante del personaje. Dream también es nuestro narrador en la historia y para esto se necesitaba un tono de voz digno de quien te susurra en el oído antes de dormir.

Como fiel seguidora del trabajo de Gaiman, puedo decir que la dirección de casting no pudo elegir a alguien mejor que Sturridge para llevar el manto del señor de los sueños, quien en muchas escenas dice más con silencios y miradas, que con palabras.

Adaptación de The Sandman
Netflix / DC Comics

La verdad es que el elenco completo es perfecto y, por destacar a alguien más, hay que aplaudir la interpretación de Mason Alexander Park como Desire, brillando en sus pocas apariciones y, al igual que su nombre, nos hace desear lo que traerá en una segunda temporada, de ser confirmada.

Otro personaje notable es David Thewills que en el papel de John Dee protagoniza, a mi parecer, el mejor capitulo de la temporada.

En 24/7, dirigido por Jamie Childs, nos adentramos en un thriller psicológico que transcurre en una cafetería donde Dee llega luego de recuperar el rubí robado a Morpheus. Aquí su camino se cruza con el de seis comensales y la premisa se basa en ¿cómo actuarán las personas si realmente fueran honestas consigo mismas y con otros?

En poco más de 40 minutos, viajamos por una montaña rusa a través de un lúgubre túnel sin saber con exactitud qué es lo que nos encontraremos al bajarnos de ésta. David Thewills nos demuestra por qué es el actor de renombre que es al representar a este frágil y terrorífico hombre que, al igual que muchos otros dentro de la serie, sueña con un mundo mejor y cree ser capaz de poder llevarlo a cabo sin importarle lo que tomará a cambio de lograrlo.

El episodio es un perfecto puente de mitad de temporada que cierra una primera fase, quizás no de una forma “épica”, pero se mantiene dentro de los márgenes ya establecidos previamente en la trama.

The Sandman no es esta gran serie de fantasía llena de batallas de acción con explosiones y rayos láser. No, es una serie que se tiene que tomar con calma porque al igual que un buen sueño, juega con nuestra mente en el mundo de lo onírico, la esperanza y, ¿por qué no? La desolación y soledad.

En The sound of her wings (el capitulo mejor evaluado por IMBD) podemos saborear un poco de esto cuando Morpheus, tras recuperar todos sus artefactos robados, se encuentra sin “propósito” y lo vemos alimentar palomas en el parque en una escena bastante deprimente, hasta que se encuentra con su hermana Death (Kirby Howell-Baptiste), quien lo lleva a trabajar con ella.

The Sandman
DC Comics
The Sandman
Netflix

A modo general, la serie cumple con creces en representar de forma fidedigna el trabajo de Neil Gaiman. Si leíste los comics, te fascinará, si no eres conocedor del material de origen, te gustará ver que no necesitas conocimiento previo para entrar a la historia, pero puede que decidas darte una vuelta por la novela gráfica.

Porque por supuesto que hay cambios, algunos más grandes que otros.

The Sandman, una adaptación bastante fiel al material original

Cuando se anunció que Netflix adaptaría The Sandman, Twitter se llenó de comentarios tipo “oh no, lo arruinarán de nuevo”. Entendible, considerando que sólo en 2021 el live action de Cowboy Bebop pasó sin pena ni gloria por la plataforma y mejor no hablar sobre qué pasó con Death Nothe.

Sin embargo, Neil Gaiman salió a calmar un poco la situación y a través de la misma plataforma se dedicó a reafirmar que si se dio la luz verde para seguir adelante con el proyecto, es porque contaba con su aprobación.

Finalmente, la serie se estrenó y la recepción fue ciertamente positiva alabando, principalmente, que sean tan leal a su origen.

Son sutiles los cambios que tiene. Personajes que aún no deberían aparecer en este arco o la modernización de la historia al establecerla en 2022, por nombrar algunos ejemplos.

La primera impresión que da es que Gaiman nos presentó la historia en modo “así sería si tuviera que escribirla de nuevo”, y funciona, porque le dan cierta frescura al trabajo. Quizás, el más evidente, es el papel de The Corinthian, interpretado por Boyd Holbrook, una pesadilla que cumple un rol fundamental al final del arco The Doll’s House y que en la serie hace su primera aparición en el primer capítulo.

La actuación de Holbrook es espectacular, por lo que se agradece su presencia como un villano en segundo plano durante la primera mitad de la temporada y sirve como una cucharada para desear más el enfrentamiento final que tendrá con Morpheus.

Y sin bien soy muy partidaria de las alteraciones, hay una sola que no termina de convencerme.

Johanna Constantine.

Cuando recién se dio a conocer el fichaje de Jenna Coleman como Johanna, se criticó que fuera el cambio a John Constantine, un querido personaje del título Hellblazer de DC comics/Vertigo y que hace una breve aparición en uno de los primeros números de The Sandman ayudando a Dream a recuperar su saco de arena. Pero Johanna Constantine también existe en la historieta y es un antepasado del conocido inglés adicto a los cigarros.

De un punto lógico, tenía sentido que se unieran ambos personajes en uno. Además, está el tema de los derechos. Warner lleva un tiempo intentando tener un proyecto de Constantine que tenga buena recepción y se rumorea que está en proyecto la película de Justice League Dark donde John tendría un papel importante, si es que llega a concretarse tras lo último sucedido con HBO Max y Discovery.

Con esto en conocimiento, era entendible la opción que tomaron y todo bien hasta ahí. El problema es que la fusión del personaje es tal que los guionistas incluso tomaron la historia de John Constantine para darle un trasfondo a Johanna, y no sólo son los detalles de escucharla decir “bollocks” o que sea bisexual, sino que al querer presentar un personaje con más que una dimensión, le dieron los traumas de su par. Incluido el pecado más grande que carga: dejar morir a una niña en medio de un exorcismo.

Si bien los parámetros son distintos, el final es el mismo y por supuesto, es algo que atormenta al personaje.

Johanna Constantine en Sandman
Netflix

Por qué decidieron darle la misma trama de John a Johanna es algo que desconozco, pero Gaiman comentó que siempre estuvo sobre la mesa que ella estuviera en la serie.

Sólo puedo especular y la impresión que me da es que mientras se discutía el guion y se llegó el punto de ver este personaje en especial, salió la pregunta ¿Cómo podemos hacer que le importe a los espectadores y además, sea interesante? y la respuesta fue transformarla casi por completo en John, ignorando que Johanna tiene una personalidad e historia propia tanto en Hellblazer, como en Sandman y que se podía adaptar a la serie sin la necesidad de borrar por completo quien era, por convertirla en la versión femenina de su descendiente.

Tanto Lucifer como Lucienne originalmente eran caracterizados como hombres (si puede decirse, considerando que uno es el señor del infierno y otro un servidor en el Reino de los Sueños), pero en la adaptación tienen una representación femenina y ambas actrices (Gwendoline Christie y Vivienne Acheampong) representan tan bien sus papeles que por un momento olvidé que en los comics originalmente no era así.

Con Johanna es distinto. Al momento de callar las primeras criticas, lo primero que se hizo fue recordar la existencia de ella como un ser distinto al de su tataranieto, para que finalmente los hicieran uno.

Otro punto en contra es precisamente lo fiel que es a los comics.

La serie tiene tres arcos principales. El primero es bastante corto con Morpheus tratando de librarse de la esfera de cristal donde está prisionero; el segundo es él en la búsqueda de sus artefactos; y el último es cómo tiene que resolver el problema con este vórtex que amenaza destruir su mundo. Y, como toda historia, cada uno tiene una resolución de conflicto, y es en el último donde creo que pierde fuerza.

En el capitulo final vemos la resolución de Dream por acabar con un ‘ente’ peligroso para salvar no sólo a su reino, sino que también el mundo “real”, pero al último minuto hay un giro de tuerca y se encuentra una alternativa que funciona a la perfección para nuestros personajes, permitiendo un final “feliz” para todos los implicados.

Los hechos son casi calcados al comic y mientras en la novela gráfica se ve como algo orgánico con piezas que calzaron a la perfección, en la versión de live action da la impresión que la jugada fue una carta que se sacaron de la manga y por arte de magia. Se resuelve el conflicto ¿Funciona? Sí ¿Pudo ser mejor? También.

En este caso la traducción literal de un lenguaje a otro requería -a mi parecer- cierta libertad creativa que permitiera tensionar mejor el momento y también otorgar ciertas pistas a lo largo de la narración para entender por qué ese era el curso de acción que funcionaría. O, quizás, se necesitaba de un capitulo más para que todo no se sintiera tan sobre la marcha.

De todas formas, para alguien que llega ignorante, la adaptación funciona perfectamente.

Como veredicto final puedo decir que tras una espera de 30 años, The Sandman es lo que todo fanático esperaba. Tom Sturridge es todo lo que se deseaba para Morpheus y sus pares le siguen el paso sin opacarse unos a los otros. Tiene imágenes impresionantes con pesadillas aterradoras o sueños magníficos en una adaptación tan fiel como podría ser.

Probablemente es uno de los mejores shows originales que Netflix ha sacado este año y, por lo tanto, merece ser vista con la esperanza de que sea renovada para una segunda temporada de este programa que ya está disponible y puedes ver aquí

Netflix