En 1941, Walt Disney visitó por primera y única vez, nuestro país en una gira por Latinoamérica que incluyó Brasil, Argentina y finalmente, Chile.
En medio de la Segunda Guerra Mundial, el magnate americano tocó suelo chileno el 29 de septiembre de ese año, liderando un grupo de 18 personas entre los que se encontraban dibujantes, el director musical Charles Wolcott y el encargado de negocios John C. Rose, mientras que sus estudios en Estados Unidos se mantenían en huelga, luego del éxito que había sostenido con “Blanca Nieves y los 7 enanitos”.
El artículo “Cine, propaganda y el mundo de Disney en Chile durante la Segunda Guerra Mundial” del Doctor en Historia, Fernando Purcell, retrata la visita de Walt a nuestro país, destacando sus actividades, pero también el real objetivo que mantenía el paseo por sudamérica de la comitiva estadounidense.
Walt Disney realizó una conferencia de prensa en el desaparecido “Salón Rojo” del “Hotel Carrera”, donde declaró que su viaje era sólo de observación, indicando que su viaje respondía “a meras razones de estudio. No tengo misión oficial. Naturalmente, soy un gran amigo de Sudamérica y fui el primero en pensar dirigir especialmente la producción cinematográfica hacia los países latinoamericanos”, aclarando que su visita no era una forma de propaganda política. .
Dentro de la agenda que desarrolló el grupo en nuestro país se incluyó una visita al fundo Santa Ana de Quilicura donde hubo un rodeo, conocieron la cueca chilena al ritmo de “Los cuatro huasos” y escuchar las canciones de Malú Gatica, quien también participó del especial evento.
El “Diario Ilustrado” de la época comentó que el ganador del Oscar “Cabalgó con aperos chilenos, bailó y tomó chicha, a todo campo en un día magnífico” y se declaró como un “Perfecto chilean huaso” (perfecto huaso chileno). Por su parte, Zig-Zag mostraba a Disney disfrutando un vaso de chicha.
El documental que muestra como se realizó “Saludos amigos” abarca la visita en la que Walt intentó tocar la guitarra vistiendo una manta, típica de la vestimenta de huaso, aunque sin éxito. Sin embargo, no quedó ahí, ya que de igual forma intentó bailar un pie de cueca, con un poco más de gracia que con la guitarra.
Otra situación que muestra el documental es a uno de los dibujantes realizando piezas para los niños que les acompañaban, siendo Pluto el favorito de los pequeños.
Modo Charlie también destaca la creación de “Pedrito, el avión chileno” que se había generado mientras la comitiva de Disney cruzaba la Cordillera de Los Andes, cuya historia se enfoca en el cruce de las montañas andinas para entregar el correo. El nombre respondería a un “homenaje” al presidente Pedro Aguirre Cerda, quien estaba en el poder en ese momento.
De esta creación salió la película “Saludos Amigos”, que mezcló la animación y el Live Action y que logró nominaciones a los Óscar por Mejor Música Original y Mejor Canción
Aunque la visita era un esfuerzo de la compañía por reconocer Sudamérica, la realidad era que respondía a relaciones públicas encargada por el Departamento de Estado de Estados Unidos, con el objetivo de influir, a través de la industria cinematográfica, en la política interna y externa de los países latinoamericanos en los que estuvo la comitiva.
Según declara The Clinic, “la movida de Disney apunta a la apropiación de un vasto mercado cinematográfico, auspiciado por las generosas arcas fiscales y así salvar sus estudios de la ruina” generando filmes que tengan como objetivo generar propaganda política en favor de Estados Unidos, pero con Mickey, el Pato Donald y Pluto como protagonistas.
15.000 dibujos
La creación de Carlos Trupp y Jaime Escudero llamada 15.000 dibujos fue incentivada por Disney en su visita a Chile, cuando conoció a los realizadores chilenos y les apoyó en la creación de esta cinta.
La película toma la historia de un cóndor antropomorfo llamado “Copuchita” (se dice que fue la inspiración del popular “Condorito”), aunque fue un fracaso en la taquilla ya que su trama y la calidad era precaria, si se comparaba con lo que estaba produciendo Disney ya en esos años.
La película logró ver la luz con el financiamiento de los directores y sus familias junto al apoyo de CORFO y la Corporación Chilena del Salitre, con una apuesta artesanal hecha por los mismos directores, quienes ocuparon como centro de producción un taller ubicado en las calles Lira con Marcoleta en el centro de Santiago, menciona Cineteca Universidad de Chile.
Sin embargo, el fracaso generó una gran desilusión para los realizadores, quienes abandonaron la producción de películas animadas, consigna el sitio web del Centro Cultural de La Moneda.
De todas formas, gracias a la plataformas como Youtube, aún se puede ver un fragmento de esta película que puedes conocer aquí.