El próximo 27 de septiembre se estrena la 15° temporada de Grey’s Anatomy, la serie médica que ha estado al aire por más de una década, mostrando cientos de impresionantes casos que muchas veces resultan difíciles de creer.
Desde un hombre con una bomba dentro de su cuerpo hasta tumores inoperables, los cirujanos del Grey-Sloan Memorial Hospital han debido enfrentarse a todo tipo de dificultades para ayudar a sus pacientes.
Pero como suele pasar, la realidad siempre supera a la ficción, y existe más de un caso mostrado en la apuesta dramática inspirado en una historia verdadera.
Estos son algunos de ellos.
1. La chica sin corazón
En el décimo capítulo de la sexta temporada, los doctores Altman (Kim River), Yang (Sandra Oh) y Avery (Jesse Williams) se enfrentaron a un complejo caso cardíaco, luego que el corazón de una joven fallara en medio de la cuarta cita con su novio.
El daño era tal que Altman decide sacarle el corazón y conectar a la paciente a dos máquinas (del tamaño de una fotocopiadora) que lograban bombear la sangre de la joven al resto su cuerpo, dándole tiempo a los médicos de encontrar un donante.
Finalmente la mujer estuvo cinco semanas sin el órgano.
El caso se inspira en la historia real de D’Zhana Simmons, una adolescente norteamericana que pasó cuatro meses sin corazón debido a una miocardiopatía dilatada, una enfermedad que hace que el músculo cardíaco se agrande o se engrose.
En 2008, la chica de 14 años fue sometida a un trasplante de corazón, pero su cuerpo rechazó el órgano y a sus médicos no les quedó otra alternativa que implantar un “corazón falso”, mientras aparecía un donante.
La adolescente fue conectada a dos dispositivos de bombeo que le permitieron sobrevivir por casi de 120 días. Gracias a la máquina, Simmons pudo reunir la fuerza suficiente para que su cuerpo pudiese resistir un nuevo trasplante.
Pero este no es un procedimiento común, de hecho, ni siquiera ha sido aprobado para los adultos. “Por lo general, sin extirpar el corazón, los cirujanos insertan un dispositivo de asistencia ventricular con el corazón todavía en su lugar”, explicó Meg Marinis, directora de investigación de los casos presentes en la serie.
El hombre árbol
Uno de los casos más recordados de la serie es el de Jerry Adams, un paciente que sufría la llamada Enfermedad del hombre árbol, la cual provoca que el cuerpo se llene de verrugas y las extremidades parezcan corteza de un árbol.
El sujeto fue obligado por su esposa a buscar ayuda médica, ya que llevaba cinco años sin salir de su casa. Todo comenzó cuando encontró algunas verrugas creciendo en su rostro, las que fueron extirpadas por un dermatólogo, pero que luego de un tiempo reaparecieron y se multiplicaron.
La historia se inspira en la vida de Dede Koswara, un hombre indonesio cuyo cuerpo comenzó a ser invadido por verrugas cuando tenía alrededor de 25 años. Sus manos y pies lucían como verdaderas cortezas, debido a lo cual perdió toda movilidad e independencia, siendo también abandonado por su esposa.
El nombre técnico de esta extraña enfermedad es epidermodisplasia verruciforme y su origen es genético. Según explica BBC, “se trata de un defecto del sistema inmunológico que aumenta la susceptibilidad al virus del papiloma humano (VPH) y que afecta a una de cada millón de personas”. De hecho, sólo existen tres casos documentados en el mundo, uno en Rumanía (diagnosticado en 2007) y dos en Indonesia (2007 y 2009, respectivamente).
Desafortunadamente, no existe cura para la enfermedad. “Investigadores aún necesitan reducir el diagnóstico específico para estos Tree men. Saben que su condición está relacionada con una forma de VPH tipo II, pero necesitan procesar más información (como la composición de los grupos de genes de los pacientes) antes de poder anunciar una cura definitiva. Hasta entonces, los cirujanos sólo pueden extirpar las verrugas y realizar injertos de piel para mejorar su apariencia y funcionamiento de manos y pies”, afirmó Marinis.
El hombre que cayó del cielo
En la cuarta temporada, Meredith (Ellen Pompeo) se enfrentó a uno de los casos más curiosos de su carrera tras recibir en Urgencias a un hombre que sobrevivió a una caída de cuatro mil metros, luego que su paracaídas no abriera.
Milagrosamente, el paciente no sufrió ninguna lesión más que golpear su apéndice, lo cual fue atendido por el equipo médico… pero no sin antes confesar el secreto amor que sentía por su instructora de paracaidismo.
En la vida real, en 1999, una mujer identificada como Joan Murray, sobrevivió a una caída de más cuatro mil metros cuando su paracaídas no funcionó, aunque a diferencia de lo ocurrido en la serie, en este caso se sospechó que su marido habría querido matarla.
La mujer que tenía experiencia en la disciplina, iba a realizar un salto en caída libre, el cual exige abrir el paracaídas sólo al llegar a la altura límite.
Estando a 700 metros del suelo, y mientras descendía a una velocidad de 130 kilómetros por hora, se percató que su artefacto no funcionaba.
Murray cayó sobre un montículo de 250.000 hormigas de fuego, que la mordieron más de 200 veces. Los médicos creyeron que el veneno de su picadura liberó descargas de adrenalina que permitieron que el corazón de la mujer siguiera latiendo.
Pese a que la caída pudo ser una sentencia de muerte, ella sólo tuvo un par fracturas en algunas vértebras y costillas.
La mujer tóxica
En el episodio 14 de la tercera temporada, los cirujanos se enfrentaron al caso de Marina, una paciente de cáncer cuya sangre estaba contaminada e intoxicó a todo el equipo médico que la atendía.
Cuando los profesionales intentaron operarla, sin saber su condición, terminaron inconscientes y con problemas para respirar, por lo que debieron utilizar trajes especiales y tomar turnos de pocos minutos para terminar la operación.
El caso de Marina se basa en la historia de Gloria Ramírez, una mujer estadounidense conocida como La dama tóxica, luego que varios médicos y enfermeras se enfermaran tras exponerse a su sangre.
Ramírez tenía 31 años cuando fue admitida en el Hospital de Riverside en California, debido a las consecuencias del avanzado cáncer cervical contra el que batallaba hacía años. Mientras trataban a Gloria, los médicos notaron un brillo aceitoso que cubría su cuerpo, además de un olor extraño en su boca, que parecía ser ajo; más tarde, cuando intentaron sacarle sangre, una enfermera sintió un olor a amoniaco.
El equipo que atendió a la mujer comenzó a tener problemas para respirar, sentir náuseas y desmayarse. Una de ellas incluso debió pasar dos semanas en Cuidados Intensivos, donde posteriormente desarrolló hepatitis y necrosis avascular en sus rodillas.
Debido a esto se dio la orden de evacuar a todos los pacientes y equipo médico como medida de precaución. Pero pese a los esfuerzos de los profesionales y a quienes se quedaron para atenderla, la mujer murió producto de las complicaciones propias de su enfermedad.
En un primer momento se pensó que se trataba de un caso de histeria colectiva, pero investigaciones posteriores a la muerte de Gloria, determinaron que había estado usando dimetilsulfóxido (DMSO), un solvente utilizado como un potente desengrasante, como un remedio casero para el dolor.
La mezcla de este producto con la serie de procedimientos a las que fue sometida la mujer terminaron por contaminar a la mujer e incluso las descargas eléctricas administradas durante la desfibrilación de emergencia cuando su corazón se detuvo, transformaron el DMSO en sulfato de dimetilo, un compuesto químico altamente tóxico, lo que podría explicar los síntomas del personal médico.