Pese a que el exfutbolista y su abogado le habrían rogado a la cantante que extienda su permiso a Sasha y Milan, la colombiana se negó.

Shakira vuelve a estar en el centro de la polémica luego de supuestamente no dar autorización para que sus hijos asistan a la boda del hermano de Gerard Piqué, exesposo de la cantante.

Luego de trasladarse a vivir a Miami junto a su familia, la colombiana volvió a Barcelona para dejar a los niños -que están de vacaciones- al cuidado de Piqué hasta el 19 de junio.

El hermano menor del futbolista, Marc Piqué, se casará el próximo 23 de junio, en una celebración que reunirá a su familia, pero Shakira no habría permitido que los niños se quedasen para asistir a la boda de su tío.

Según se especula, el matrimonio habría sido una oportunidad para que los niños conocieran mejor a Clara Chía, la nueva pareja de Piqué.

De hecho, la periodista Lorena Vázquez, conocida como una de las “Mamarazzis”, reveló en el programa “Y ahora Sonsoles”, que Shakira no tiene intención de cambiar de opinión ni el convenio establecido.

Es que la intérprete no quiere a los niños cerca de la mujer, quien es responsabilizada del quiebre del matrimonio.

Shakira y el acuerdo con Piqué

Según el acuerdo, Milan y Sasha permanecerían en Barcelona hasta el 19 de junio, para luego regresar a Miami con su madre, donde se establecieron tras el divorcio.

A pesar de los intentos de Gerard Piqué y sus abogados por extender la estadía de los niños y lograr un acuerdo, Shakira se ha negado de manera rotunda.

Se ha informado que Piqué habría ofrecido a la cantante una compensación en el futuro en relación con los días de convivencia con los hijos, pero ella ha rechazado la propuesta.

Esta decisión ha dejado especialmente decepcionado al novio, Marc, quien tiene una estrecha relación con sus sobrinos.

La atención ahora se centra en Gerard Piqué y se espera conocer su reacción en la próxima sesión de la Kings League. Sin duda, esta situación ha generado gran expectativa y ha dejado a la familia Piqué dividida en un momento que debería ser de alegría y unión familiar.