Desde 1986 hubo un antes y un después para un ídolo argentino. Fito Páez no fue el mismo, tras el brutal asesinato de su abuela y su tía. Las consideraba sus mamás, ya que su prematura orfandad lo dictó así.

¿Quién mató a la abuela y tía de Fito Páez? El asesino, que marcó su vida para siempre, es mencionado cada aniversario luctuoso, junto a sus víctimas.

Páez es un artista que no debe preocuparse porque su nombre se olvide, sobre todo entre sus fans. No obstante, cuando se trata de recordar, el rockstar argentino lidia, en lo personal, con el episodio que le arrebató a dos de sus seres más queridos.

Para saber del brutal impacto en su historia, es necesario conocer quiénes eran parte de esta y, de golpe, desaparecieron de la misma, en las circunstancias más trágicas para un ser humano.

Rodolfo Paéz nació el 13 de marzo de 1963 en Rosario. Su madre, Margarita Zulema Ávalos, era pianista concertista, además de profesora de aritmética y álgebra. Murió a los 8 meses de traerlo al mundo, tras sufrir un agresivo cáncer de hígado.

Al cuidado del niño, se quedaron su padre Rodolfo Páez y su abuela paterna Belia Zulema Ramírez de Páez. Sobre esta última, caería la responsabilidad de sacar adelante a un chico, quien, con el paso de los años, mostraría finas aptitudes musicales que lo catapultarían a la fama, con la presencia de su tía abuela, Josefa Páez, otro de sus pilares de crianza.

Fito Páez era un bebé cuando su madre murió de cáncer al hígado. Su abuela paterna se hizo cargo de la crianza.
ciudadfitopaez.blogspot.com

Consolidado en la escena musical, incluso a nivel internacional, el 7 de noviembre de 1986, Fito Páez recibió un duro golpe, uno que marcó su vida para siempre, según el medio local rosario3.com.

El cantante argentino se encontraba en Río de Janeiro, promocionando su álbum Giros, cuando recibió una impensable llamada: un triple crimen en su casa rosarina.

Belia de Páez (76 años) y Josefa Páez (80 años), sus “mamás postizas”, fueron asesinadas al interior del inmueble, junto a su empleada doméstica, Fermina Godoy (33 años), en estado de embarazo. A la tía y a la joven las acuchillaron. La abuela del intérprete tenía un disparo en la cabeza.

Comenzó, desde entonces, el tormento de un artista que vio sacudir su mundo en violentos giros. El crimen lo alcanzaba irremediablemente.

Fito Páez volvió de Brasil a Rosario mientras se esclarecía el crimen de sus "mamás postizas".
Realpolitik

¿Quién mató a la abuela y tía de Fito Páez?: el móvil de un asesino

Fito Páez regresó a Rosario, enterado del asesinato de sus “mamás postizas”, Belia Zulema Ramírez de Páez y Josefa Páez, junto a Fermina Godoy.

Las portadas de los periódicos no hacían otra cosa que reflejar la tragedia de los Páez. La investigación policial estaba en marcha y el artista, conmocionado, hablaba del dolor que le embargaba desde entonces.

“Mi abuela y mi tía eran las personas que más quise. Para mí eran como dos madres. No puedo creer esta cosa loca que ha ocurrido. No la entiendo. Es muy poco lo que puedo decir, con todo el lío que tengo en el mate. Vine a contar cómo vivía mi familia en su casa, porque puede servir a la investigación; a contar cómo vivían esas maravillosas mujeres”, dijo Fito Páez a la opinión pública, luego de una reunión con autoridades policiales.

Asesinaron a la abuela y tía de Fito Páez: fue el crimen que marcó la vida del artista.
La Nación / Argentina

No pasaría mucho tiempo para responder a la interrogante de ¿Quién mató a la abuela y tía de Fito Páez? La respuesta estaba a sólo 150 metros de la casa donde se cometió el triple crimen.

En medio de hipótesis que apuntaban un golpe contra el cantante, detenciones equívocas (al esposo de la doméstica, liberado posteriormente) y meses sin detenciones de posibles sospechosos, una situación llevó al asesino.

Una noche, elementos policiales detuvieron a Paola, travesti de Rosario, quien portaba joyas que habían pertenecido a la abuela de Fito Páez, Belia Zulema. Cuando los policías le preguntaron cómo las obtuvo, Paola apunto a su amante, Walter De Giusti, de 24 años. Era agosto de 1987.

La policía se dirigió hasta su casa. No tardaría mucho en verse acorralado y confesar su crimen, en el que también participó su hermano de 19 años, Carlos de Giusti.

Fito Páez no tardaría en hablar de sus vecino, cuando supo el giro en la investigación. De hecho, eran conocidos, no amigos, pero hasta estudiaron juntos en la misma escuela.

“No puedo calificarlos. Son locos, pero todos estamos locos. Yo tengo mis rollos y ellos los suyos. Los conocía desde hace muchos años, eran vecinos”, declaró en ese entonces Páez.

Resulta que Walter y Carlos estaban implicados en otros dos asesinatos en el barrio. El móvil, aparentemente, era el robo. Pero sus víctimas eran mujeres asaltadas e indefensas, a las que asesinaban sin piedad.

La condena llegó para De Giusti, también músico de una banda de Heavy Metal: cadena perpetua que fue reducida a 24 años de prisión. 1998 fue el año en el que lo enviaron a arresto domiciliar, ya que padecía VIH y había perdido casi la totalidad de su visión. No obstante, violó los términos de la medida sustitutiva al arresto y fue encarcelado de nuevo. Murió ese mismo año.

Walter de Giusti, asesino de la abuela y tía de Fito Páez, fue condenado a cadena perpetua.
Ilustración de Rosario por conocer

“Ciudad de pobres corazones”: el sentido descargo musical de Fito Páez

No está de más mencionar que este suceso, que sacudió a toda una sociedad en la década de los 80, también inspiró la creación del libro “Hay cosas peores que estar solo”, de Federico Anzardi. Allí se relata la etapa en penumbras con la que debió lidiar el músico argentino, quien declararía, según Infobae: “Una tragedia así te despierta un sentido y un sinsentido de la existencia”.

Fito Páez volcaba todo su dolor a una nueva producción musical en la que se sienten los jirones que le dejó en el alma el asesinato de sus “mamás postizas”.

La nueva obra fue llamada “Ciudad de pobres corazones” y en Track Track, una de sus canciones, Páez vuelca, de forma íntegra, su emocionalidad respecto a aquel suceso que le cambió la vida.

No se pasa el tiempo
Al menos para mí
Ya tomé pastillas
Y sigo sin dormir
Miro a los costados y nada que amarrar
Ya no existen lazos
Alguien hizo track, track, track

Vino todo el mundo, la radio y la TV
Vino el comisario, los ángeles también
Todos quieren algo, sangre o no sé qué
Y todo el universo sigue intacto como ayer
Dame tu amor, sólo tu amor
Dame tu amor, sólo tu amor.

Es parte de la letra que llevó al máximo el sentir de un artista, cuya vida fue sacudida por un tercero (asesino), contra el dulce recuerdo de sus “mamás postizas”, quienes mecieron la cuna de sus orígenes, desde que se hizo necesario tener una madre, en sustitución de la que se fue, producto de una enfermedad.