El pop surcoreano, conocido como K-pop, suele vender a sus estrellas como arquetipos de perfección pero un escándalo sexual está poniendo al descubierto la discriminación y los abusos en la industria musical del país.
En solo dos días, el cantante Jung Joon-young así como Seungri, un miembro de la ‘boys band’ BIGBANG, uno de los grupos más importantes de K-pop del país, anunciaron que se retiraban del mundo del espectáculo.
Jung Joon-young, de 30 años, célebre en Corea del Sur por su participación en un concurso televisivo de canción, reconoció haber filmado y compartido imágenes de sus relaciones sexuales con sus parejas sin su consentimiento.
Por su parte Seungri (apodo de Lee Seung-hyun), de 29 años, es sospechoso de haber intentado sobornar a inversores proponiéndoles los servicios de prostitutas.
Ambos tenían un grupo de chat, en el que Jung Jong-young y otros compartían videos sexuales en los que aparecen al menos diez mujeres, según la cadena de televisión surcoreana SBS.
El país está viviendo una epidemia del fenómeno “molka”, el uso de cámaras espías para filmar a las mujeres secretamente en lugares como baños públicos, transportes u oficinas.
Hasta ahora, las estrellas del K-pop cultivaban una imagen de perfección e incluso el gobierno promueve su exportación.
Las estrellas coreanas, que triunfan en el resto de Asia y en otras partes del mundo, están bajo enormes presiones y se espera de ellas la perfección, tanto en su aspecto físico como en su comportamiento, escrutado por sus fans.
Seungri, que habla varios idiomas, estaba considerado como la “exportación cultural ideal”, explica a la AFP Lee Moon-won, experto en cultura pop de Seúl.
“La mayoría de los fans considera que trabaja muy duro. Además de su carrera de cantante, habla japonés y chino, lo que fue muy útil para BIGBANG en sus giras en esos países”, explica.
Ricos y famosos
Seungri, que también era empresario, fue interrogado por la policía el pasado fin de semana por “incitación a la prostitución”.
Además del caso de los sobornos “sexuales” su nombre está relacionado con otra investigación de la policía sobre la discoteca Burning Sun, de la que Seungri era director de relaciones públicas.
El personal del local está acusado de usar cámaras ocultas para filmar a mujeres y de haber utilizado drogas y alcohol para agredirlas sexualmente.
Antes del escándalo se le conocía como “Seungsby el magnífico” en referencia a Gatsby, el personaje del escritor estadounidense Francis Scott Fitzgerald conocido por su físico, su éxito y sus espectaculares fiestas.
“Es irónico ver los puntos comunes desde el escándalo”, explica Lee. “Ambos llevaron a cabo actividades ilegales y corrompidas para llegar a ser ricos y famosos”.
Los fans de BIGBANG están divididos, algunos están enfadados y decepcionados y otros incrédulos.
Un admirador extranjero publicó una imagen de flores acompañadas de una nota manuscrita que decía: “Te esperaré en este camino florido”, en referencia a una de las letras del grupo.
Otro fan se niega a creer en las acusaciones. “Estoy harto de todo y sufro. Admiro a Seungri desde hace mucho tiempo y me hizo sonreír en los días sombríos”, escribió en Twitter.
Pero las militantes para los derechos de las mujeres no parecen sorprendidas por el caso.
Además del “molka”, en Corea del Sur también es frecuente el llamado ‘porno vengativo’, generalmente obra de hombres que publican en internet videos de sus relaciones sexuales con sus exparejas para vengarse.
Según Han Sol, del grupo Flaming Feminist Action, los hombres surcoreanos suelen mirar y compartir videos con cámaras ocultas porque los consideran una manera de reforzar sus “lazos fraternos”.
Miles de mujeres se manifestaron en Corea del Sur varias veces el año pasado contra “molka”.
“Este caso demuestra que las estrellas masculinas del K-pop no son una excepción cuando se trata de participar en esta realidad perturbadora, la explotación de mujeres”, dice la feminista Bae Bok-ju.