Parece que 2018 fue el año para la cantante española de 25 años, Rosalía. Con su disco “El mal querer” recibió 5 nominaciones a los Grammy Latinos, ganando finalmente 2 de estos. También obtuvo 2 discos de oro por la producción y se presentó en los MTV Europe Music Awards con todo un publico que ovacionó “Malamente”.
Sin embargo, la joven nacida en Barcelona recibió una serie de críticas por su trabajo, que mezcla el flamenco con la música urbana al acusarla de “apropiación cultural”. Pero antes de hablar de este tema, analicemos el disco.
El mal querer
El mal querer es la segunda obra de la cantante, un disco conceptual inspirado en Flamenca, una novela occitana del siglo XIII que cuenta la historia de una mujer, su marido y su amante.
Cada canción del disco tiene dos nombres, por ejemplo, la primera se llama “Malamente-Cap 1: Augurio”, mientras que la última es “A ningún hombre – cap 11: Poder”.
En los 11 temas, Rosalía cuenta la historia de una mujer, de su matrimonio, de como su pareja producto de los celos la encierra y maltrata, cuando conoce a su amante que intenta salvarla y posteriormente ella misma logra liberarse del infierno de su relación.
El disco, que se estrenó oficialmente el 2 de noviembre, vino a ser su “proyecto final” para completar el Título Superior de Flamenco en la Escuela Superior de Música de Cataluña.
El álbum tiene influencias del flameco, trap, electrónica y pop, lo que hace que sea un poco difícil clasificarlo en un solo género.
Una de las canciones de “El mal querer” es “Bagdad – cap 7: Liturgia”, que inicia con una melodía de “Cry me a river” de Justin Timberlake, esto gracias a que el cantante estadounidense le facilitó los derechos de uso y ella creó algo totalmente nuevo a partir de ésta.
Si quieren conocer un detalle más técnico del disco, los invito a ver este video.
¿Apropiación o apreciación cultural?
Rosalía es una catalana que canta flamenco, estilo musical propio de los gitanos de Andalucía.
El tema de la apropiación cultural se refiere a cuando un persona o entidad adopta características de un pueblo al cual no pertenece, en supuesto daño moral o material en contra de los intereses de alguien.
Una forma fácil de ejemplificar es en la moda, cuando en la nueva temporada los vestidos y poleras vienen con una serie de estampados étnicos no propios de nuestra historia.
“Rosalía ni entiende, ni sabe usar el caló. Su imitación de los símbolos gitanos resulta una burla ofensiva”, comentó el sociólogo gitano José Heredia a El País. Agregando que el pueblo gitano y el flamenco han estado unidos desde el inicio, por lo que el lenguaje es un signo identitario muy fuerte para ellos.
“Rosalía usa la palabra undevel que significa Dios en caló [lengua que mezcla el romaní con el español]. Palabra por cuyo uso los gitanos hemos estado perseguidos 500 años”, dice el sociólogo.
En tanto, la activista gitana Noelia Cortes declaró a El Mundo que “para ella es fácil, siendo blanca y adinerada, disfrazarse con la estética gitana mientras niega sus privilegios sociales”.
Sin embargo, Rosalía sí estudió flamenco y comentó que ha estado enamorada del estilo musical gran parte de su vida, nombrando como referentes a cantaoras como La Paquera de Jerez o La niña de los peines.
“Fue un flechazo a los 13 años”, comentó la joven cantante a El país. Sin embargo, explica que es un cimiento y de ahí ha creado su música, que tiene influencias de otros estilos también.
“La producción no es tradicional, pero si consideras la bulería por las melodías y la rítmica, se podría ver así. La segunda canción lo es”, comentó la joven a La Razón. “Te diría que mi música no tiene sentido sin el flamenco. Pero no soy quién para decir si lo es. Que los demás digan […]le tengo mucho respeto y hoy en día el flamenco se ha codificado de una manera tan concreta que decir que es flamenco, por respeto, no lo diría”.