El camino del ahorro suena más fácil que el de la inversión, mas ambos pueden combinarse para obtener el máximo rendimiento de los ingresos. Un plan de ahorro, educación, conocer mi perfil de inversionista y trabajar con instituciones reguladas por la CMF son algunos de los pasos a seguir.
“¿Por qué querría ahorrar (o invertir)?” Esta puede ser una de las preguntas que puede pasar por la mente de aquella persona que recién se inicia en el mundo laboral, o que desea tomar un mayor control de sus finanzas y evitar que el sueldo del mes se “diluya entre los dedos”.
Para 2018, la otrora Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF, que luego se fusionó con la Comisión para el Mercado Financiero) dio a conocer un estudio sobre el ahorro de los chilenos, en el cual se informó que la mayoría de las personas ahorra poco, solo un aproximado del 8,9% del sueldo imponible; y en mayor medida gracias a las cotizaciones obligatorias.
Han pasado cuatro años y tanto la oferta de productos bancarios como de otras plataformas reguladas ha aumentado; y con ello se amplía la posibilidad de productos a los cuales acceder, saltando así muchas veces de una conducta de “ahorro” a una de “inversión”.
Sin embargo, estos términos pueden confundirse o, en otros casos, usarse erróneamente sin tener en cuenta el papel que cuentan en las finanzas personales de los chilenos y chilenas.
Con todo lo anterior ¿vale realmente la pena ahorrar o invertir?¿cuál es la diferencia entre ambas? ¿qué acciones me convienen más en base a mi perfil de inversionista?
Diferencia entre ahorro e inversión
Para armar correctamente objetivos financieros y los métodos para alcanzarlos, es necesario entender la diferencia entre ahorro e inversión.
Según la plataforma de educación financiera “En fácil y en chileno” de BancoEstado, “ahorro” se refiere a separar una parte de los ingresos y reservarlas, con el objetivo de destinarlo, dentro de lo posible, a inversiones.
“En otras palabras, el ahorro es el ‘recurso disponible"”, explica la plataforma.
Respecto al segundo término, la inversión se relaciona con destinar dinero a la “adquisición de bienes, productos o servicios con la finalidad de obtener un rendimiento y, de esta forma, incrementar tu patrimonio”.
Para esto, el inversionista hace uso de sus ahorros con el fin de, en un primer término, aminorar los efectos de la inflación en sus finanzas personales y conservar el poder adquisitivo y personales para posteriormente aumentarlo.
“¿Pero cómo adquiero el hábito de ahorro para luego invertir?”
Un plan de ahorro: esa es la llave maestra que permite apartar cierta cantidad de dinero para luego invertirlo.
Lo primero que hay que comprender es que el hábito puede afianzarse mediante dos fuentes: un aumento de ingresos o una reducción de gastos.
Si poseemos un cierto nivel de ingresos que no nos permite apartar dinero, buscamos aumentar nuestros números mediante nuevas fuentes de efectivo como un segundo trabajo a tiempo parcial, realizar alguna venta, etc.
En caso contrario, tendremos que reducir nuestro nivel de gasto mensual, en especial en aquellos aspectos que no corresponden a gastos fijos necesarios (como agua, luz, gas e internet, salud, AFP) ni otros destinados al pago de deudas de cualquier tipo.
Con lo anterior en mente, llega el momento de armar nuestro plan de ahorro.
Para esto, es necesario hacerse las siguientes preguntas: ¿Cuánto quiero ahorrar? ¿qué es lo que quiero hacer con ese ahorro? y ¿por cuánto tiempo tendré este nivel de ahorro?
Además, BancoEstado recomienda evaluar los objetivos en base a lo que es “necesario” y lo que es “deseado”.
En resumen: estableciendo metas, montos y fechas viene el momento de actuar y comenzar a implementar una rutina de ahorro.
“Entonces ¿ya es momento de empezar a invertir?”
Sí, pero primero debemos definir nuestro “Perfil de inversionista”.
Los perfiles de inversor suelen dividirse en tres: conservador, moderado y agresivo.
Conservador
Con la menor aversión al riesgo y un mayor privilegio por la renta fija. Usualmente los portafolios de inversión recomendados para este tipo de usuarios se encuentran con un 70% repartido en fondo de deuda, 10% en participación en bolsa y 205 en fondo de cobertura, según se explica en la web educativa de BancoEstado.
Moderado
La línea de moderación entre la renta variable y la fija. Con un 20% en bolsa, otro 60% en fondos de deuda de renta variable y 20% en un fondo mensual o quincenal, personas con ingresos estables entre moderados y altos, o jefes/as de familia con capacidad de ahorro suelen ubicarse en esta casilla según la Comisión para el Mercado Financiero.
Agresivo
El más expuesto a renta variable con una diversificación del 40% en bolsa, 40% en fondos de deuda de renta variable y 20% en moneda extranjera. Inversiones bajo este perfil suelen entregar “rendimientos sorprendentes” a la vez que se corren más riesgos en pos de una mayor rentabilidad.
“Tomar decisiones de inversión”
Para eso tenemos un gran abanico de opciones.
Lo más a la mano son los bancos, los cuales suelen ofrecer diversos instrumentos como cuentas de ahorro con ciertos retornos, usualmente anuales, junto con los depósitos a plazo.
Estas instituciones a su vez suelen contar con corredoras de bolsa, donde las personas pueden operar en el mercado de valores nacional (la bolsa). Si bien el riesgo es mayor y ya comienza a ser necesario contar con asesoría profesional o un aprendizaje exhaustivo, los retornos suelen ser mayores.
Además de otros métodos más conocidos como la inversión inmobiliaria (propiedades), fondos de capital de riesgo, o “clubes de inversionistas”, “En fácil y en chileno” también destaca los “Fondos de Inversión”.
“En palabras sencillas, son entidades que concentran el dinero de muchas personas o empresas que se invierten en acciones, títulos de deuda o divisas. Ventaja: tienes muchas opciones y sectores para invertir. Desventaja: necesitas un buen asesor y aprender a identificar cada fondo (hay más y menos riesgosos)”.
Con todo esto, ya estamos listos para comenzar a armar un plan de ahorro / inversión, ya sea en pos de prepararnos para un viaje, cumplir el sueño de la casa propia, adquirir un auto o mejorar nuestra pensión.
Más aún, en un contexto donde recién se vislumbra que la inflación comience a reducir su ritmo, y donde la banca a nivel nacional está atenta al comportamiento de grandes del sector debido a la quiebra de instituciones como Silicon Valley Bank o el Signature Bank, conviene más que nunca crear un plan de ahorro que nos permita disponer de liquidez en tiempos de incertidumbre.
Y además, si somos atentos y logramos ver la oportunidad correcta en el momento adecuado, esos ahorros se convertirán en inversiones que repercutirán de forma positiva en sus finanzas personales.