En la UE, si se considera que un producto ha sido fabricado utilizando trabajo forzado, ya no será posible venderlo en el mercado (tampoco a través de internet) y los envíos serán interceptados en las fronteras del continente comunitario.
El pleno del Parlamento Europeo dio este martes su aprobación final a un nuevo reglamento que permitirá a la Unión Europea (UE) prohibir la venta, importación y exportación de bienes fabricados mediante trabajos forzosos.
Con esta legislación, aprobada por 555 votos a favor, 6 en contra y 45 abstenciones, la UE quiere asegurarse de que esos productos no tengan cabida en el mercado único, ya sean fabricados en Europa o en el extranjero.
El texto debe recibir ahora la aprobación formal final del Consejo de la UE y, a continuación, se publicará en el Diario Oficial, de manera que los países comunitarios tendrán que empezar a aplicarlo dentro de tres años.
Las autoridades de los Estados miembros y la Comisión Europea podrán investigar mercancías, cadenas de suministro y fabricantes sospechosos.
Si se considera que un producto ha sido fabricado utilizando trabajo forzado, ya no será posible venderlo en el mercado de la UE (tampoco a través de internet) y los envíos serán interceptados en las fronteras de la Unión.
La UE contra el trabajo forzoso
La decisión final de prohibir, retirar y eliminar un producto elaborado con trabajo forzoso será tomada por la autoridad que dirigió la investigación y la que adopte una autoridad nacional se aplicará en todos los demás Estados miembros basándose en el principio de reconocimiento mutuo.
Los fabricantes de productos prohibidos tendrán que retirarlos del mercado único de la UE y donarlos, reciclarlos o destruirlos, de acuerdo con el texto.
Las empresas que no cumplan la normativa podrán ser multadas, mientras que los productos podrán volver al mercado único de la UE una vez que la empresa elimine el trabajo forzoso de sus cadenas de suministro.
Las decisiones de investigar se basarán en información objetiva y verificable que pueda recibirse, por ejemplo de organizaciones internacionales, autoridades cooperantes y denunciantes.
La Comisión tendrá que elaborar una lista de sectores económicos específicos en áreas geográficas específicas donde existe trabajo forzoso impuesto por el Estado, lo que se convertirá en un criterio para evaluar la necesidad de abrir una investigación.
El Ejecutivo comunitario también podrá identificar productos o grupos de productos para los cuales los importadores y exportadores tendrán que presentar detalles adicionales a las aduanas de la UE, como información sobre el fabricante y sus proveedores.
Además, se creará un nuevo portal único sobre trabajo forzoso para ayudar a hacer cumplir las nuevas reglas.
Esa plataforma incluirá directrices, información sobre prohibiciones, una base de datos de áreas y sectores de riesgo, así como evidencias disponibles públicamente y un portal de denuncia de irregularidades.
Las normas también prevén la cooperación con terceros países, por ejemplo en el contexto de los diálogos existentes o la implementación de acuerdos comerciales.
La Comisión también podría realizar controles e inspecciones en terceros países, si la empresa pertinente y el gobierno del tercer país así lo acuerdan.
La Fundación para la Justicia Medioambiental, que asegura que el trabajo forzoso afecta a 27,6 millones de personas en todo el mundo, pidió en un comunicado que esta legislación no se quede en mera retórica y que “se aplique y ejecute adecuadamente para garantizar que tendrá consecuencias reales para quienes explotan a nuestros conciudadanos con fines lucrativos”.