Años después que el Gobierno venezolano se apropiara de las instalaciones de Kellogg's en ese país, todavía se fabrican productos con la misma imagen y mascotas de la empresa, sin que se cuente con autorización para ello. Además, en las cajas se pueden leer frases como "Conociendo Venezuela" o "Juntos todo es posible".
Se podría considerar que Kellogg’s es una de las marcas más reconocidas en la esfera occidental. Junto con McDonald’s, Coca Cola o Pepsi se alza como una empresa ícono del sector alimentario estadounidense.
La fabricante de cereales para el desayuno como Zucaritas, Corn Flakes, Froot Loops y Choco Krispis estuvo en Venezuela hasta 2018, año donde decidió terminar con sus operaciones en medio de la crisis que azolaba al país y que lo llevó a terminar, en ese año, con una inflación del 130%.
Sin embargo, en los supermercados de la nación caribeña aún es posible observar cajas de productos Kellogg’s, solo que con algunas variaciones en su imagen, como la bandera del país en la parte superior, junto a textos que, por ejemplo, citan “Juntos por Venezuela”.
¿Pero cómo fue posible este suceso?
Kellogg’s se despide de Venezuela y la reacción de Maduro
“Informamos que Alimentos Kellogg Venezuela se ha visto forzada a cesar sus operaciones en el país con efectos a partir de hoy martes 15 de mayo de 2018″, señaló un comunicado emanado desde la empresa ese día.
Según recogió la Agencia France-Presse, unos 400 empleados se vieron afectados por la salida de la compañía norteamericana. Desde la empresa no se detalló los motivos detrás de esta decisión.
Sin embargo, a las horas después, el gobierno de Venezuela pasó a tomar control de la filial, siendo el mismo presidente Nicolás Maduro quien, en un acto de campaña en miras de la reelección, comentó que las autoridades gubernamentales volvieron a abrir la planta, la cual comenzaría a operar en manos de “la clase obrera”.
“¡Imperialistas, oligarcas, a este pueblo no lo asusta nadie! Este pueblo tiene un presidente y un gobierno que lo protege”, declaró el mandatario, según citó AFP.
“Juntos todo es posible”
¿Por qué estamos hablando nuevamente de este caso sucedido en 2018? Porque se ha dado a conocer una reciente solicitud de arbitraje de Kellogg’s contra Venezuela.
Específicamente, el 9 de noviembre de este año, Kellogg Latin America Holding Company (One) Limited, subsidiaria británica de la empresa estadounidense, solicitó el inicio del proceso ante el Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias sobre Inversiones (Ciadi), según detalló Agencia EFE.
Y es que a cinco años del cierre de la empresa y su posterior “expoliación”, se siguen produciendo y vendiendo productos con las mismas imágenes y las mismas mascotas, añadiendo frases relacionadas al Gobierno de aquel país como “Conociendo a Venezuela”, “Juntos por Venezuela” o “Juntos todo es posible”, esta última usada en la campaña de Maduro en 2018.
Según la integrante del comité académico de Cedice Libertad e investigadora del Observatorio de Propiedad, Andrea Rondón, aquí se estuvo en presencia de un “expolio” y no una “expropiación”, dado que la toma de las instalaciones de la multinacional fue mediante un “despojo violento de la propiedad”.
Tal como detalló la profesional a EFE, las expropiaciones cuentan con “una transferencia de propiedad” mediante un procedimiento con “intervención judicial, y además, un justiprecio“.
Un arbitraje que se veía en el horizonte
“Estamos en presencia de una suerte de crónica anunciada”, comentó a EFE el abogado Cástor González, especializado en propiedad intelectual, respecto a la “utilización no autorizada” de la imagen y símbolos de Kellogg’s por parte del Gobierno venezolano.
Según el jurista, “yo no observo que haya alguna razón o justificación por la cual el Gobierno venezolano deba usar las marcas de esta compañía (…) Ya han pasado varios años, perfectamente han podido salir adelante con una marca distinta (…) No observo un buen pronóstico para el país”.
Además, tal como recordó Andrea Rondón, desde el 2005 Venezuela viene ejerciendo, a su parecer, una “política sistemática de destrucción de propiedad”, como en el caso de la empresa estadounidense Kimberly Clark, dueñas de los productos de higiene Huggies, Plenitud y Scott.
Bajas expectativas
Sin embargo, Rondón duda que la solicitud de Kellogg’s pueda avanzar en el Ciadi.
¿La razón? En 1995, la compañía de alimentos suscribió un acuerdo con Venezuela para la “promoción y protección de inversiones”, dejando la posibilidad de que las controversias puedan ser sometidas a arbitraje internacional.
Años después, en 2012, el convenio fue denunciado por el país caribeño, acción que según el abogado, causó que el caso de Kimberly Clark fuera desestimado por la institución.
Con todo, Kellogg’s “tendría otras instancias para acudir”, donde podría tener mayores posibilidades de éxito en caso de avanzar el caso, comentó Rondón a EFE.