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La cadena de restaurantes Hooters, reconocida mundialmente por sus escotadas camareras y su menú de pollo frito, anunció este lunes que se declaró en quiebra, aunque también consideran un extremo plan para seguir funcionando.

La empresa planea vender los 100 restaurantes que son propiedad de la compañía a dos grupos de franquiciados que operan tiendas de Hooters en las zonas de Tampa, Florida y Chicago, según informaron por medio de comunicado de prensa que recoge CNN.

El grupo de compradores incluye a los fundadores originales de Hooters, entre ellos Neil Kiefer, director ejecutivo del grupo de franquicias Hooters Inc.

“El anuncio de hoy marca un hito importante en nuestros esfuerzos por reforzar la base financiera de Hooters y continuar brindando la experiencia de hospitalidad enfocada en los invitados y la deliciosa comida que nuestros clientes y comunidades esperan”, dijo Sal Melilli, director ejecutivo de Hooters of America en el comunicado.

Hooters afirma que continuarán su negocio como de costumbre, aunque “evaluando la huella operativa de la compañía”. Por esta razón, podrían cerrar algunas tiendas durante su proceso de quiebra.

De acuerdo a los cálculos de la compañía, estiman salir del Capítulo 11 de quiebras en Estados Unidos en unos 90 a 120 días.

Hooters ya había cerrado docenas de restaurantes el año pasado, debido a problemas de liquidez, culpando al aumento de los costos de los alimentos y de la mano de obra, todo en medio de críticas y denuncias por discriminación racial y de género en sus procesos de contratación.