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El Gobierno ajustó a la baja la proyección de crecimiento para 2024, pasando de 2,6% a 2,4%, mientras que la OCDE prevé un crecimiento sólido para la economía chilena impulsado por la demanda externa de minerales críticos. Se destaca la necesidad de una ley para mejorar la recaudación fiscal y una mayor eficiencia del gasto, así como programas de formación adaptados al mercado laboral. Chile se ve beneficiado por su posición como segundo productor mundial de litio y por la exportación de cobre, aunque el estancamiento político podría obstaculizar reformas necesarias para dinamizar la economía.

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Esta semana el Gobierno confirmó que el objetivo de crecer un 2,6% no era alcanzable y comunicó un ajuste a 2,4%.

En la misma línea, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé un crecimiento “sólido” de la economía chilena principalmente por la demanda externa de minerales críticos para la electrificación y la transición energética global, proyectando un 2,4% en 2024 para luego ralentizarse hasta un 2,3% en 2025, llegando a 2,1% en 2026.

De acuerdo al informe de perspectivas económicas publicado este miércoles por el organismo internacional, la economía presentará una “recuperación gradual de la inversión y un sólido crecimiento del consumo respaldado por un aumento de los salarios reales y condiciones financieras más favorables”.

Mejorar recaudación fiscal

El documento anticipa la necesidad de una ley para mejorar la recaudación fiscal, ítem que para el Gobierno del presidente Gabriel Boric ha significado más de tres años de infructuosa negociación con la oposición.

“Las presiones sobre el gasto a largo plazo requieren mayores ingresos fiscales y una mayor eficiencia del gasto”, señala el informe, en tanto una nueva reglamentación debe ser una “prioridad” para “fomentar el espíritu empresarial, atraer inversiones y reforzar el bajo potencial de crecimiento”.

“Los programas de formación deben ajustarse a las necesidades de mercado laboral para reducir la escasez de personal calificado”, subraya el capítulo de Chile.

La OCDE subraya la necesidad de un “sistema fiscal más progresivo y una mejor administración tributaria”; y una política de “protección social básica para todos los trabajadores”.

Respecto de la inflación, se proyecta una disminución constante que alcanzará el objetivo del 3% a principios de 2026, con una política monetaria que “proseguirá una flexibilización prudente”.

En el contexto internacional

Chile es el segundo productor mundial de litio, detrás de Australia, y el cobre es el principal producto de exportación internacional.

Con esos minerales críticos como punta de lanza para la economía, el intercambio internacional favorecerá a nuestro país de la mano el incremento en la venta de vehículos eléctricos a nivel mundial y la actividad industrial en China, aunque la ralentización económica del gigante asiático podría frenar la demanda.

Actualmente, dice el informe, “la oferta de cobre no satisface demanda sostenida, lo que llevará a un aumento de los precios que persistirá en 2025-26, pero es improbable que los precios del litio vuelvan a los máximos de años anteriores”.

Un factor clave que podría retrasar el crecimiento de Chile es el “estancamiento político”, nudo que obstaculiza la implementación de reformas que apoyen la dinamización de la economía.