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El ministro de Hacienda, Mario Marcel, se refirió al proyecto presentado por el presidente Gabriel Boric para terminar con el Crédito con Aval del Estado (CAE) y establecer el Financiamiento Público para la Educación Superior (FES), con el objetivo de aliviar la deuda de estudiantes y ofrecer una alternativa justa. Marcel señaló que el Estado desembolsa actualmente cerca de setecientos ochenta mil millones de pesos por el CAE, cifra que aumentaría a un billón doscientos mil millones en una década, generando un déficit significativo. Además, mencionó las repercusiones negativas del CAE en las finanzas personales de los egresados, obstaculizando su acceso a otros créditos. El ministro destacó las dificultades políticas para llevar a cabo reformas necesarias, señalando que resolver estos problemas a tiempo es fundamental para evitar complicaciones futuras.

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El ministro de Hacienda, Mario Marcel, volvió a comentar este jueves el proyecto que busca ponerle fin al Crédito con Aval del Estado (CAE).

La iniciativa -que fue presentada por el presidente Gabriel Boric esta semana- propone un nuevo sistema de financiamiento para la educación superior, llamado Financiamiento Público para la Educación Superior (FES), con el fin de aliviar la carga de miles de estudiantes endeudados y crear una “alternativa justa y solidaria para las futuras generaciones”.

Al respecto, el jefe de las arcas fiscales sostuvo que el total de desembolso que tiene el Estado por el CAE es de más o menos setecientos ochenta mil millones de pesos.

“Pero en diez años más eso llegaría a un billón doscientos mil millones de pesos, mientras los ingresos probablemente no habrían crecido nada. El déficit global del sistema de financiamiento estudiantil prácticamente se duplicaría”, explicó el radio Pauta.

En la misma línea, el ministro Marcel aludió a otras secuelas del CAE: “El hecho de que se registre como deuda, una que se acumuló en velocidad, significa luego que los egresados no tienen buenos indicadores financieros para acceder, por ejemplo, a otros créditos (vivienda, consumo, por ejemplo), por 20 años”.

También apuntó a “las dificultades crecientes para tomar decisiones sobre reforma que son necesarias para el país, dificultades que se dan particularmente en el ámbito político”.

“Eso hace difícil alcanzar en reformas, pero no imposible”, agregó.

Marcel destacó que hace unos días se logró aprobar el cumplimiento tributario, por ejemplo, con un apoyo transversal en el Congreso, pero que otras iniciativas como la reforma previsional llevan años entrampadas.

“El costo de esto es que si las cosas no se resuelven a tiempo, son mucho más complicadas después”, concluyó en su diálogo con radio Pauta.