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Chile y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) firman acuerdo para modernizar tratado veinte años después de su inicio, potenciando exportaciones hacia Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. Se destacan disposiciones de sostenibilidad, género y acceso a mercados para vino, frutas y productos como aceite de oliva y alimentos de piscicultura. Chile busca alinearse con altos estándares europeos y diversificar cadenas de suministro, promoviendo inversiones y valor agregado en minerales críticos. Ceremonia en Ginebra contó con la firma de los ministros y anuncio de futura visita del presidente chileno a Emiratos Árabes Unidos para acuerdo económico. Importaciones chilenas desde EFTA alcanzaron los 449 millones de euros en 2023, con exportaciones por 521 millones en últimos cinco años, destacándose productos farmacéuticos, maquinarias y químicos en ambos sentidos comerciales.

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Chile y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), compuesta por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein, firmaron este lunes un acuerdo para modernizar el tratado de libre comercio veinte años después de la entrada en vigor del pacto, que ha sido la base para un aumento considerable de las exportaciones hacia ese bloque europeo.

“Casi todo nuestro comercio exterior está cubierto por acuerdos de libre comercio, pero los acuerdos de libre comercio con Europa tienen una cualidad especial porque incorporan temas que son muy relevantes para nuestra economía, como son el fomento a la pequeña y mediana empresa, que es un capítulo nuevo con los países del EFTA”, explicó el ministro de Asuntos Exteriores, Alberto van Klaveren.

El ministro y sus homólogos de los cuatro países europeos involucrados firmaron el voluminoso documento de modernización del tratado de libre comercio en una ceremonia en Ginebra.

Van Klaveren destacó que el acuerdo contiene una serie de nuevas disposiciones referidas a sostenibilidad y cuestiones de género, en línea con la política exterior feminista que impulsa el país.

“Como país estamos tratando de alinear nuestros estándares en materia laboral o medioambiental con los estándares más exigentes, entre los cuales creemos que están los europeos”, comentó.

Entre los elementos del acuerdo que destacó se encuentra la mejora en el acceso del vino chileno en particular a Suiza, que por primera vez acepta una cuota de 1,5 millones de litros de vino embotellado con arancel cero.

La fruticultura también ha ganado, con un acceso mayor a los duraznos, las nectarinas y los ‘berries’ congelados, además de ventajas para la miel y el queso.

Suiza también ha aceptado la entrada sin aranceles de 500 toneladas de aceite de oliva chileno, mientras que Noruega ofrece concesiones significativas para los alimentos de piscicultura.

El ministro de Exteriores también destacó que Chile es un país atractivo para las inversiones y el comercio de minerales críticos, vitales para las nuevas tecnologías y la transición energética, y que el propósito del gobierno es que los acuerdos que firma con otros Estados favorezcan que se les agregue valor antes de la exportación.

De manera general, explicó que la política comercial de Chile tiende a la diversificación de las cadenas de suministro y que, en esta lógica, el presidente Gabriel Boric viajará próximamente a Emiratos Árabes Unidos para la firma de un acuerdo económico.

Las importaciones chilenas procedentes de los países del EFTA se elevaron en 2023 a los 449 millones de euros, mientras que las exportaciones hacia ese país totalizaron los 521 millones en los últimos cinco años, con un crecimiento de 21,6% en el primer caso y del 4,3% en el segundo.

Los principales productos que Chile importa del grupo de países europeos son farmacéuticos y químicos, maquinarias y dispositivos mecánicos, de óptica, médicos y quirúrgicos.

Por su parte, los países del EFTA importan de Chile químicos inorgánicos, grasas y aceites y frutos secos, entre otros productos.