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Según el informe anual de ONU Comercio y Desarrollo, Chile destacó como uno de los países latinoamericanos con mayor crecimiento en inversión extranjera directa durante el 2023, convirtiéndose en un destino cada vez más atractivo en la región. Según el organismo, la sostenida demanda de materias primas y minerales para tecnologías de energías limpias ha beneficiado a varios países latinoamericanos, siendo ejemplo de aquello que Brasil y Chile han anunciado importantes inversiones extranjeras debido al potencial que posee la región en energías renovables. A pesar de una ligera contracción del -1% en la inversión extranjera directa en la región, Latinoamérica fue la zona menos afectada a nivel global.

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El informe anual de ONU Comercio y Desarrollo destacó a Chile como uno de los países de Sudamérica donde más creció la inversión extranjera directa durante el 2023, siendo uno de los destinos cada vez más interesantes en la región.

Según el análisis publicado por el organismo técnico durante el jueves, varios países se han visto beneficiados por la sostenida demanda de materias primas y minerales para la producción de tecnologías para el desarrollo de energías limpias.

Y según la jefa de la institución, Rebeca Grynspan, los anuncios de importantes inversiones extranjeras en proyectos dentro de Brasil y Chile, “se explica por el gran potencial que tiene Latinoamérica en las energías renovables”.

“Pensemos en que las nuevas tecnologías y sectores requerirán el uso intensivo de energía renovable, y África y Latinoamérica tienen en esto una ventaja comparativa”, declaró Grynspan en una rueda de prensa.

ONU destaca a Chile por su nivel de inversión extranjera directa en 2023

Basado en las cifras que maneja el organismo, la inversión extranjera directa se mantuvo casi estable en Latinoamérica, con una ligera contracción de -1% y contabilizando US$193 mil millones.

Por ello, fue la zona menos afectada en medio de la tendencia global a una caída de las inversiones.

Como ocurre a nivel global, también a nivel regional se siguieron observando diferencias considerables entre países, con las economías de México y Brasil que se mantuvieron de manera general como los imanes más fuertes para las inversiones foráneas.

Aparte de Chile, Argentina y Guyana fueron los países donde el año pasado la inversión extranjera directa creció más y equilibró resultados más negativos en Perú y Brasil, que pese a esto fue el país que más flujos recibió, según el informe.

Situación del resto de la región

En el resto de la región, México destacó con un flujo estable de entrada de inversiones, mientras que en el Caribe fue República Dominicana la que despuntó con un aumento del 7 % de las inversiones extranjeras.

En la presentación del informe, Rebeca Grynspan analizó los esfuerzos que se han registrado a nivel internacional para “descentralizar” las cadenas de suministros -tras la vulnerabilidad que quedó en evidencia durante la pandemia- y como algunos países latinoamericanos están beneficiándose de esta situación.

Apuntó que México y Costa Rica, en Latinoamérica, Vietnam en Asia, y ciertos países de Africa occidental están reforzando su rol en una cadena de suministro global más descentralizada, aunque esta tendencia aún no sea lo suficientemente fuerte.

Grynspan comentó que la región ha mostrado una resiliencia importante en el área de los proyectos “greenfield” (construcción de nuevas instalaciones, en el que las energías renovables ocupan un papel primordial), cuyo impulso global se frenó el año pasado.

El informe destaca también el impulso que está tomando en la región la industria de extracción de minerales vitales para la transición energética, particularmente en Chile, del que destacó también los proyectos sobre hidrógeno verde y producción de energía solar y eólica.

Las inversiones en este ámbito proceden principalmente de China, Estados Unidos, Canadá y Australia.