Casi 400 millones sufren lesiones laborales no mortales. Además, el 60% de la población ocupada mundial trabaja en la economía informal, fuera del radar de las inspecciones de Trabajo.
Cerca de tres millones de trabajadores mueren cada año debido a accidentes y enfermedades relacionadas con el trabajo.
Esta es la conclusión del análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que advierte de que esta cifra evidencia que persisten los desafíos para salvaguardar la seguridad de los trabajadores en todo el mundo.
Así lo refleja el organismo en su informe ‘Un llamamiento en favor de entornos de trabajo más seguros y saludables’ que se presentará en el 23 Congreso Mundial sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, una de las mayores conferencias internacionales sobre este tema, que tendrá lugar en Sydney (Australia) desde este lunes hasta el jueves 30 de noviembre.
En concreto, partiendo de datos de 2019, la OIT calcula que 2,93 millones de trabajadores murieron como resultado de factores relacionados con el trabajo, cifra que supera en más de un 12% la del año 2000.
Según la organización, el “considerable” aumento del número absoluto de víctimas mortales relacionadas con el trabajo está influido por varios factores, entre ellos un agravamiento de exposiciones desprotegidas a los riesgos profesionales, así como a cambios sociodemográficos.
En este sentido, la organización recuerda que la población activa mundial aumentó un 26% entre 2000 y 2019, pasando de 2.750 millones a 3.460 millones de personas.
Al mismo tiempo, señala la OIT, las herramientas de diagnóstico también han mejorado “significativamente” en las dos últimas décadas, lo que ha contribuido a detectar un mayor número de casos.
Muertes relacionadas al trabajo
La mayoría de estas muertes relacionadas con el trabajo, un total de 2,6 millones de fallecimientos, se deben a enfermedades profesionales, en tanto que otros 330 mil muertos son consecuencia de accidentes laborales.
Las enfermedades circulatorias, las neoplasias malignas y las enfermedades respiratorias figuran entre las tres primeras causas de muertes relacionadas con el trabajo. En conjunto, estas tres categorías representan, según la OIT, más de tres cuartas partes de la mortalidad laboral total.
El informe refleja que mueren más hombres por incidentes relacionados con el trabajo (51,4 fallecidos por cada 100 mil adultos en edad laboral) que mujeres (17,2 fallecidas cada por 100 mil).
Según la OIT, la región de Asia y el Pacífico registra la mayor mortalidad relacionada con el trabajo, con un 63% del total mundial, debido al tamaño de su población activa.
El informe subraya que las muertes relacionadas con el trabajo están desigualmente distribuidas, siendo la tasa de mortalidad masculina (108,3 por 100 mil en la población activa) “significativamente” superior a la femenina (48,4 por 100 mil).
Lesiones no mortales
Junto a los fallecimientos por motivos relacionados con el trabajo, la OIT estima que 395 millones de trabajadores en todo el mundo sufrieron lesiones laborales no mortales en 2019, que perjudicaron su salud y provocaron ausencias laborales.
En este sentido, el consejo de administración de la OIT ha adoptado la nueva ‘Estrategia Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo para 2024-2030’, con el objetivo de esta estrategia es el de promover, respetar y hacer realidad progresivamente el derecho fundamental a un entorno de trabajo seguro y saludable y priorizar el bienestar de los trabajadores en todo el mundo.
Dicha estrategia anima a los países miembros de la OIT a actuar sobre tres pilares. En primer lugar, insta a mejorar los marcos nacionales de seguridad y salud en el trabajo (SST) mediante la mejora de la gobernanza, la promoción de datos fiables y el desarrollo de competencias.
En segundo lugar, la estrategia anima a reforzar la coordinación, las asociaciones y la inversión en seguridad y salud en el trabajo a escala nacional y mundial.
Por último, reclama mejorar los sistemas de gestión de la seguridad y salud en el lugar de trabajo, adaptándolos a peligros, riesgos, sectores y ocupaciones específicos y teniendo en cuenta cómo las condiciones de trabajo pueden afectar la salud física y mental de los trabajadores.
Más de 2 mil millones en el sector informal
El informe refleja que alrededor de 2 mil millones de personas trabajan en la economía informal, lo que equivale a más del 60% de la de la población ocupada mundial.
Estos trabajadores carecen de ingresos estables o regulares y una protección protección legal o social y, a menudo, su trabajo queda fuera del de la legislación en materia de seguridad laboral y de la Inspección de Trabajo, “lo que les hace prácticamente prácticamente invisibles en términos de regulación y supervisión de la seguridad y salud en el trabajo.
El porcentaje de empleo informal entre los trabajadores domésticos es el doble que el del resto de los asalariados, con un 81,2% frente a 39,7%. La mayoría de las empleadas domésticas son mujeres (una de cada doce tiene esa ocupación), estando expuestas, según la OIT, a una “amplia gama de riesgos, desde químicos y biológicos hasta físicos y ergonómicos”.