En julio el organismo anunció la subida de otros 0,25 puntos porcentuales en julio, hasta una horquilla de entre el 5,25 y el 5,5% en EEUU. "Las bajadas de la inflación subyacente en junio y julio fueron bienvenidas, pero dos meses de buenos datos son sólo el comienzo de lo que se necesitará", explicó.
El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, afirmó este viernes que el regulador seguirá manteniendo los tipos altos hasta que se logre dominar la inflación, aunque abrió la puerta a una posible pausa en las subidas.
“Estamos preparados para aumentar aún más las tasas si corresponde y pretendemos mantener la política en un nivel restrictivo hasta que estemos seguros de que la inflación está descendiendo de manera sostenible hacia nuestro objetivo”, afirmó en un discurso en el marco del foro de Jackson Hole (Wyoming).
El presidente del regulador estadounidense se mantuvo fiel a las palabras que pronunció en la última rueda de prensa, en la que el organismo anunció la subida de otros 0,25 puntos porcentuales en julio, hasta una horquilla de entre el 5,25 y el 5,5%.
Sin embargo, en las conclusiones de su discurso sí abrió la puerta a una pausa: “En las próximas reuniones evaluaremos nuestro progreso en función de la totalidad de los datos económicos y la evolución de las perspectivas y los riesgos. Basándonos en esta evaluación, procederemos con cautela a la hora de decidir si ajustamos aún más la política monetaria o, en cambio, mantenemos la tasa”, dijo.
Desde que en junio de 2022 batiera su récord de los últimos 40 años al colocarse en el 9,1% -como consecuencia de la interrupción de la cadena de suministro por la guerra de Rusia contra Ucrania y los últimos coletazos de la pandemia- la inflación estadounidense estuvo bajando durante doce meses consecutivos hasta julio, que repuntó dos décimas hasta el 3,2%.
La disminución sostenida, señaló Powell, “es una muy buena noticia” pero “los precios de los alimentos y la energía están influenciados por factores globales que siguen siendo volátiles y pueden proporcionar una señal engañosa de hacia dónde se dirige la inflación”.
Por ello, explicó, lo más importante es el dato de la inflación subyacente, que mide la subida de precios sin contar ni la energía ni los alimentos. Esta alcanzó un máximo del 5,4% en febrero de 2022 y disminuyó gradualmente hasta el 4,3% en julio, recordó Powell.
“Las bajadas de la inflación subyacente en junio y julio fueron bienvenidas, pero dos meses de buenos datos son sólo el comienzo de lo que se necesitará para generar confianza en que la inflación está descendiendo de manera sostenible hacia nuestra meta” del 2%, afirmó.
Por ello el dato de “dónde se estabiliza” la inflación subyacente en los próximos trimestres será clave para la decisión de la Fed, cuyo Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, en inglés) se reunirá los próximos 19 y 20 de septiembre para decidir si suben o pausan las subidas.
Powell pronunció su discurso en el tradicional foro de Jackson Hole (Wyoming). Organizado por la Reserva Federal de Kansas City, el encuentro que arrancó ayer reúne a banqueros centrales, formuladores de políticas, académicos y economistas.
El tema de este año explora varios acontecimientos importantes y potencialmente duraderos que afectan a la economía global, los posibles efectos secundarios duraderos en la forma en que se estructuran las economías, tanto a nivel nacional como global.
Entre ayer y mañana, pasarán por el escenario de Jackson Hole la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, el vicegobernador de Política Monetaria del Banco de Inglaterra Ben Broadbent, y el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda.