"Lo que más pesa en la desaprobación del Gobierno es el clima general de insatisfacción, con la impaciencia de la ciudadanía y con una inflación que en Chile no conocíamos", sostuvo una analista.

Tras una fulgurante recuperación del 11,7% en 2021 -la mayor desde que hay registros-, la economía local muestra signos de enfriamiento y registra una inflación histórica, que en abril acumuló 10,5% en doce meses.

Se trató del primer registro de dos dígitos en casi 30 años, desde cuando en 1994 el índice acumulado fue de 11,2%.

“Cuando se combina un alta inflación con cifras de bajo crecimiento, es normal que la aprobación (de un gobierno) presente un descenso”, comentó a Agencia EFE Mauricio Morales, investigador de la Universidad de Talca.

En la misma línea Isabel Castillo, de la Red de Politólogas y académica de la Universidad Alberto Hurtado, sostuvo que “lo que más pesa en la desaprobación del Gobierno es el clima general de insatisfacción, con la impaciencia de la ciudadanía y con una inflación que en Chile no conocíamos”.

La más reciente Encuesta Criteria arrojó un aumento de la desaprobación al presidente Gabriel Boric y el Gobierno. De acuerdo al sondeo, la desaprobación al Mandatario subió de 34% a 52%.

Según la última encuesta Data Influye, la inflación y la situación económica son precisamente los factores que la ciudadanía identifica como los que más podrían debilitar al Gobierno (34%), seguidos del orden público (17%) y la violencia en La Araucanía (14%).

Y de acuerdo a Ipsos, Chile es el segundo país del mundo junto a Perú donde más ha aumentado la preocupación por la inflación, 14 puntos extra en comparación a los datos de marzo.

“Este escenario le podría haber tocado a cualquiera”, agregó Castillo, quien considera que las encuestas también reflejan cierto rechazo de parte de la sociedad a la autoridad.

“Boric fue el candidato contra statu quo, pero ahora es Gobierno y de alguna manera para muchos se ha convertido en el stablishment”, opinó.

Además de la coyuntura económica, Morales considera que la imagen del Gobierno está muy ligada al proceso constituyente y a la “incertidumbre” que genera el plebiscito para ratificar la nueva Constitución que se está redactado.

“Una equivocación de la Convención se interpreta en ciertos sectores como un error del Gobierno”, analizó.