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Desarrolladores de aplicaciones móviles han creado apps de citas para consentir relaciones sexuales. Estas herramientas han sido criticadas por su concepto de consentimiento, siendo consideradas innecesarias y hasta contraproducentes. A pesar de ello, plataformas como Consentify persisten, promoviendo una comunicación clara y respetuosa en las relaciones.

Desarrollado por BioBioChile

En los últimos años, algunos desarrolladores de aplicaciones móviles han puesto su atención en el consentimiento y han creado apps de citas para dar el “sí” a la hora de mantener relaciones sexuales, especialmente las que son ocasionales. Sin embargo, estas herramientas han sido foco de críticas.

En España, por ejemplo, después del caso mediático de violación grupal conocido como “La Manada”, hubo una ola de iniciativas como esta.

Una de ellas fue una app llamada Presunto Inocente, una idea de un grupo de abogados, con el objetivo de tener un respaldo para acusados en el caso de denuncias que pudieran ser falsas.

Sin embargo, fue fuertemente cuestionada por la naturaleza de lo que significa “dar el consentimiento”, ya que la decisión puede cambiar en el último minuto o, en el caso de una víctima, el teléfono podría ser manipulado por otra persona para usar la app.

¿Las apps son una solución al consentimiento?

Otro caso fue Dinamarca, donde en 2021 desarrolladores lanzaron iConsent, luego de que en el país se aprobara una ley que indica que toda relación sexual sin consentimiento formal será considerada violación, con graves cargos criminales.

La dinámica permitía enviar una solicitud de consentimiento a otro contacto y este tendría que aceptarla o rechazarla. La respuesta sería válida por 24 horas. Así, se podría tener un respaldo en el caso de un posible abuso.

Lene Stavngaard, directora nacional de Sexo y Sociedad en Dinamarca, expresó que “definitivamente no es la solución para obtener el consentimiento. Una relación sexual no se trata de un contrato, por lo que es un paso en una dirección completamente equivocada de las necesidades que existen”.

“No puede verse como un complemento del consentimiento oral. Lo que tenemos que asegurar es un mejor lenguaje sexual sobre cómo podemos dar y recibir ese consentimiento, entre otras cosas mediante una mejor educación sexual“, agregó.

Por otro lado, Mikkel Flyverbom, miembro del Consejo de Ética de Datos de Dinamarca y profesor de la Copenhagen Business School, dijo haber creído que iConsent “era una simple broma o una reacción sarcástica” a la ley, pero cuando supo que era real planteó que “probablemente sea la peor solución e idea imaginable”.

Pero algunas de estas apps persistieron. Actualmente, está disponible en Google Play, Consentify, otra plataforma de este tipo que tiene una dinámica similar por invitación. Para consentir hay que registrarse con el correo electrónico.

“Consentir y pedir consentimiento significa que todos son claros con respecto a sus deseos y necesidades, y que cada miembro de la relación respeta el límite del otro”, dice la descripción de la app.