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Un estudio de la Universidad de Oxford reveló la primera evidencia del campo magnético primitivo de la Tierra, analizando rocas de 3.700 millones de años en Groenlandia. Este hallazgo muestra que el campo magnético era la mitad de intenso en el pasado, lo que ayudará a comprender la evolución de la capa de fuerzas que rodea al planeta.

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Un estudio dirigido por la profesora Claire Nichols de la Universidad de Oxford, reveló la primera evidencia del campo magnético primitivo de la Tierra. Este hallazgo ayudará a entender mejor la evolución de la capa de fuerzas que rodea al planeta.

En concreto, el equipo científico analizó una secuencia antigua de rocas que contienen hierro, provenientes del ‘Cinturón de rocas verdes’ ubicado en Isua, Groenlandia, una zona donde permanecen las rocas más antiguas y bien conservadas encontradas en la Tierra.

La investigación mostró que las rocas guardan un registro del campo magnético de hace unos 3.700 millones de años, que queda demostrado por las marcas de hierro que se produjeron cuando las rocas enfrentaron un evento térmico que las calentó a 550 grados Celsius.

Así, los científicos determinaron que hace casi 4 millones de años, el campo magnético de la Tierra era la mitad de intenso de lo que es hoy.

Evidencia del campo magnético “primitivo” de la Tierra

Según detalla el estudio, publicado en Journal of Geophysical Research, las partículas de hierro actúan como pequeños imanes que pueden registrar tanto la intensidad como la posición del campo magnético después de cristalizarse, ya que quedan fijadas en las rocas.

Las rocas de 3.700 millones de años atrás capturaron una intensidad del campo magnético de al menos 15 microteslas, mientras que hoy, alcanza los 30 microteslas, que es la unidad de medida que se utiliza para medir su fuerza.

Los científicos dicen que esta sería la estimación más antigua de la fuerza del campo magnético de la Tierra a partir de evidencia de muestras de rocas completas. Además, proporcionan una evaluación más precisa, que no se había conseguido en estudios anteriores.

“Extraer registros confiables de rocas tan antiguas es extremadamente desafiante, y fue emocionante ver que las señales magnéticas primarias comenzaron a surgir cuando analizamos estas muestras en el laboratorio“, comentó la profesora Nichols, según recoge Sci News.

“Este es un paso adelante realmente importante a medida que intentamos determinar el papel del antiguo campo magnético cuando la vida en la Tierra emergía por primera vez”, añadió.

La Tierra está más segura

Los expertos ya tenían como antecedente que, en el pasado, la actividad solar fue significativamente más fuerte, por lo que el campo magnético se hizo más resistente a ella, permitiendo que la vida se expandiera en los continentes.

Además, comprender más sobre las variaciones del campo magnético les permitirá a los científicos entender mejor la formación del núcleo de la Tierra, ya que el hierro fundido en su interior es el que produce la dinámica de las fuerzas geomagnéticas que protegen al planeta.

“En el futuro, esperamos ampliar nuestro conocimiento del campo magnético de la Tierra antes del aumento de oxígeno en la atmósfera terrestre hace unos 2.500 millones de años, examinando otras secuencias de rocas antiguas en Canadá, Australia y Sudáfrica”, dijeron los autores.

“Una mejor comprensión de la antigua fuerza y ​​variabilidad del campo magnético de la Tierra nos ayudará a determinar si los campos magnéticos planetarios son críticos para albergar vida en una superficie planetaria y su papel en la evolución atmosférica”, concluyeron.