Los científicos experimentaron con abejorros y notaron que estos pueden aprender tareas complejas con entrenamiento y a partir del comportamiento de sus pares.
Las abejas pueden aprender tareas complejas de varios pasos a través de la interacción social, incluso si no pueden resolverlas por sí solos, revela un nuevo estudio publicado en Nature.
Este nivel de sofisticación cognitiva nunca antes visto desafía la creencia arraigada de que un aprendizaje social tan avanzado es exclusivo de los humanos, e incluso insinúa la presencia de elementos clave de cultura acumulativa en estos insectos.
Las abejas pueden aprender tareas paso a paso
Dirigido por la Dra. Alice Bridges y el profesor Lars Chittka, de la Universidad Queen Mary de Londres, el equipo de investigación diseñó una caja de rompecabezas de dos pasos que que fue probada con abejorros y requería que realizaran dos acciones distintas en secuencia para acceder a una dulce recompensa al final. Entrenar a las abejas para hacer esto no fue una tarea fácil, y hubo que ayudar a las abejas añadiendo una recompensa adicional en el camino. Esta recompensa temporal finalmente fue retirada y las abejas tuvieron que abrir toda la caja antes de recibir su premio.
Sorprendentemente, mientras las abejas individuales luchaban por resolver el rompecabezas al empezar desde cero, aquellas a las que se les permitió observar a una abeja “demostradora” entrenada aprendieron fácilmente toda la secuencia, incluso el primer paso, y solo obtuvieron una recompensa al final.
Este estudio demuestra que los abejorros poseen un nivel de aprendizaje social que antes se pensaba exclusivo de los humanos. Pueden compartir y adquirir comportamientos que están más allá de sus capacidades cognitivas individuales: una habilidad que se cree que sustenta la naturaleza expansiva y compleja de la cultura humana, y que antes se pensaba que era exclusiva de nosotros.
El Dr. Bridges dice en un comunicado: “Esta es una tarea extremadamente difícil para las abejas. Tuvieron que aprender dos pasos para obtener la recompensa, y el primer comportamiento de la secuencia no fue recompensado. Inicialmente, necesitábamos entrenar abejas demostradoras con una recompensa temporal incluida allí, destacando la complejidad.”
“Sin embargo, otras abejas aprendieron toda la secuencia a partir de la observación social de estas abejas entrenadas, incluso sin experimentar nunca la recompensa del primer paso. Pero cuando dejamos que otras abejas intentaran abrir la caja sin una abeja entrenada para demostrar la solución, no lograron abrirla en ningún caso.”
Aprendizaje en el reino animal
Más allá del aprendizaje individual, esta investigación abre interesantes posibilidades para comprender el surgimiento de la cultura acumulativa en el reino animal. La cultura acumulativa se refiere a la acumulación gradual de conocimientos y habilidades a lo largo de generaciones, lo que permite que se desarrollen comportamientos cada vez más complejos. La capacidad de las abejas para aprender una tarea tan compleja de un demostrador sugiere un camino potencial para la transmisión cultural y la innovación más allá de sus capacidades de aprendizaje individuales.
El profesor Chittka añade: “Esto desafía la visión tradicional de que sólo los humanos pueden aprender socialmente comportamientos complejos más allá del aprendizaje individual. Plantea la fascinante posibilidad de que muchos de los logros más notables de los insectos sociales, como las arquitecturas de anidación de las abejas y avispas o los hábitos agrícolas de las hormigas productoras de pulgones y hongos, pueden haberse extendido inicialmente mediante la copia de innovadores inteligentes, antes de que eventualmente se convirtieran en parte de los repertorios de comportamiento específicos de cada especie”.
Esta investigación abre nuevas vías para comprender la inteligencia animal y la evolución del aprendizaje social. Desafía viejas suposiciones y allana el camino para una mayor exploración de las maravillas cognitivas ocultas en el mundo de los insectos, insinuando incluso la emocionante posibilidad de una cultura acumulativa entre criaturas aparentemente simples, señalan los autores.