Un depredador que vivió en Coquimbo hace más de 92 millones de años presentaba una particular singularidad: tenía brazos extremadamente cortos en comparación con el resto de su cuerpo.
La Red Paleontológica de la Universidad de Chile logró identificar que un diente de dinosaurio encontrado hace más de 30 años en Coquimbo, pertenece a un carnívoro pariente del carnotauro, de brazos particularmente cortos.
Se trata del abelisaurio, cuyo hallazgo fue publicado en la revista Journal of South American Earth Sciences.
El estudio lo encabezó el investigador de la Universidad de Chile, Jared Amudeo, quien señaló que dicho dinosaurio podría haber alcanzado los cinco metros de largo y pesado entre los 800 kilos y una tonelada.
Hallazgo del diente del abelisaurio
En 1989 fue descubierto un diente de dinosaurio en el Monumento Natural Pichasca, de unas 128 hectáreas, en el valle del Río Hurtado, en la región de Coquimbo. Dicho lugar es conocido por la presencia de bosques petrificados y huesos de animales prehistóricos, como por ejemplo el titanosaurio, señala un comunicado de la Universidad de Chile.
El mencionado diente perteneció a un carnívoro que vivió durante el cretácico superior hace más de 92 millones de años. Por poco más de tres décadas, el dueño del diente se mantuvo en el anonimato. La hipótesis más cercana apuntaba a que era pariente del velocirraptor.
Eso, hasta que una investigación de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile precisó que dicho diente pertenece a un abelisaurio, depredador perteneciente a la familia del carnotauro.
“Tenemos evidencia de que estos animales pudieron haber alcanzado unas tres toneladas de peso, principalmente los más grandes que se han encontrado en Brasil. Pero este dinosaurio, el de Pichasca, era pequeño si lo comparamos con miembros del mismo grupo, como los que tenemos en Argentina o Brasil”, explicó Amudeo, quien aclaró que este dinosaurio no tiene parentesco cercano con el tiranosaurio o megarraptores.
La identificación del dueño del diente se logró gracias a una reevaluación de la pieza, análisis morfométrico y una comparación estadística a partir de una base de datos de dientes de diversos dinosaurios.
Dinosaurio de brazos extremadamente cortos
Otra de las principales características del abelisaurio, es que tenía extremidades superiores particularmente pequeñas en comparación con el resto de su cuerpo, lo que según el comunicado de la Universidad de Chile es considerado incluso un vestigio evolutivo.
Entre las posibles explicaciones, detalló el paleontólogo de la U. de Chile, es que se pudo tratar de una pérdida del funcionamiento de los genes a cargo del desarrollo de los brazos, ya que tenía lo necesario para cazar en el cráneo y en sus extremidades inferiores.
“Entonces, si los brazos no cumplían una función en la alimentación o en la captura de la presa y presentaban, además, esta reducción, los caracteres (brazos) no eran seleccionados de manera natural y no se reflejaban en la descendencia, resultando en vestigios. Recordemos también a los tiranosaurios con sus grandes cabezas y brazos pequeños, máximos depredadores del Cretácico en Norteamérica, que también presentaban brazos reducidos. Pudo pasar lo mismo con los abelisaurios aquí en el Hemisferio Sur”, detalló Jared Amudeo.
Ahora, el paleontólogo añadió que esto no siempre fue así, ya que se remontan en el tiempo geológico, se pueden registrar fósiles del jurásico, donde los abelisaurios no tenían los brazos tan cortos.