El objetivo de esta investigación, que tuvo gratos resultados, era captar el comportamiento de los delfines mientras persiguen, capturan y comen presas. Los científicos también repararon en las cómicas imágenes del rostro de los delfines desde el ángulo en que posicionaron algunas cámaras.

Investigadores de la Armada de los Estados Unidos ataron cámaras en 6 de sus delfines entrenados y posteriormente los soltaron en el mar para que cazaran libremente. Los registros entregaron nuevos detalles de como se alimentan y se comunican, además de entretenidas postales de estos mamíferos acuáticos.

Este ejercicio fue parte de una investigación realizada en la Bahía de San Diego y reunió algunos de los primeros metrajes de como se comportan los delfines en su hábitat natural, sorprendiendo a los científicos. Uno de los delfines incluso capturó 69 peces mientras que otros comieron serpientes marinas.

Las fotos y videos fueron publicadas junto a un paper en el portal Plos One. Lo más sorprendente, fue que “los peces continuaban escapando y nadando incluso cuando entraban en la boca de los delfines, pero el delfín parecía succionar al pez”, dice el estudio.

El objetivo de esta investigación, que tuvo gratos resultados, era escuchar los sonidos de los delfines mientras persiguen, capturan y comen presas. Adicionalmente, captar los movimientos de sus ojos, garganta y boca mientras cazaban.

Así, lograron grabar videos que catalogaron como “impresionantes persecuciones” y también dieron cuenta de una peculiar técnica que usan para atrapar a sus presas: la succión. Un video muestra como un delfín persigue a un pez en profundidad y logra atraparlo con la fuerza de su mandíbula.

Los delfines se comunican con chillidos mientras cazan

Del mismo modo, también lograron captar como se comunican y los sonidos que emiten mientras se encuentran cazando. “Mientras los delfines cazaban, hacían ruidos casi constantemente a intervalos de 20 a 50 milisegundos”, explican.

“Al acercarse a la presa, los intervalos de ruidos se acortan a un zumbido terminal y luego a un chillido. Al entrar en contacto con los peces, el zumbido y los chillidos eran casi constantes hasta que se tragaba el pez”, complementa el estudio.

En concreto, “un delfín capturó 69 peces residentes, 64 demersales y 5 cerca de la superficie, mientras que el otro capturó 40, 36 demersales y 4 cerca de la superficie. Simultáneamente, se observaron otros dos delfines capturando 135 peces nativos vivos en una piscina de agua de mar”.

Pero lo que sorprendió a los investigadores fue que un delfín consumió 8 serpientes marinas de vientre amarillo ( Hydrophis platurus), que son venenosas. Sin embargo, tras localizarlo y revisarlo se concluyó que no presentaba daños o secuelas por el veneno.

Los científicos, también repararon en las cómicas imágenes del rostro de los delfines desde el ángulo en que posicionaron algunas cámaras.

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Revista Plos One
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