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Astrónomos del Minor Planet Center descubrieron un objeto en órbita cercana a la Tierra a solo 240.000 kilómetros de distancia, más cerca que la Luna. Inicialmente catalogado como un asteroide, resultó ser un auto Tesla lanzado al espacio por Elon Musk en 2018. Esta confusión resalta la creciente problemática de objetos en órbita, incluyendo satélites, basura espacial y experimentos como este, que podrían representar una amenaza para la Tierra y las observaciones astronómicas si no se regula adecuadamente.
Astrónomos del Minor Planet Center, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, en Cambridge, reportaron el hallazgo de un inusual asteroide cercano a la Tierra.
Este objeto sorprendió a los expertos por su órbita, ya que se encontraba a solo 240.000 kilómetros, más cerca que la Luna, cuya órbita está a unos 380.000 kilómetros.
Por su distancia, lo calificaron como un objeto cercano a la Tierra (NEO) y apuntaron a que era necesario monitorearlo, debido a su inusual cercanía con el planeta y la posibilidad de un impacto.
Sin embargo, horas después, los astrónomos publicaron una nota editorial aclarando que no se trataba de un asteroide, sino de un auto Tesla lanzado al espacio por Elon Musk.
“La órbita coincidía con la de un objeto artificial”, aclararon los astrónomos. Resulta que en 2018, un cohete Falcon Heavy puso un Tesla Roadster en órbita, propiedad del multimillonario dueño de SpaceX y de la misma compañía de autos.
El asteroide era un auto de Elon Musk
El mismo Musk lo confirmó en su perfil de X (Twitter): “Mi auto está orbitando la Tierra y Marte“, escribió.
Este hecho demuestra el creciente problema de los objetos artificiales que orbitan el espacio, como una masiva cantidad de satélites, basura espacial, fragmentos de cohetes y “experimentos” como este.
My car is orbiting Earth and Mars 🤷♂️ https://t.co/zuOd4PjZFa
— Elon Musk (@elonmusk) January 25, 2025
Ya se han reportado casos de desechos espaciales reingresando sin control a la Tierra, incluso impactando casas, por lo que en el futuro, con más objetos orbitando, podría transformarse en un problema grave sin la regulación necesaria.
Además, podría afectar tanto por impactos no controlados, como a las observaciones astronómicas, obstaculizando la visión de los telescopios. De hecho, en 2007 el Minor Planet Center ya había vivido una situación similar, tras detectar un supuesto asteroide que resultó ser un satélite fuera de uso.
“Este incidente (…) pone de relieve el estado deplorable de la disponibilidad de información posicional sobre objetos artificiales distantes. Sería muy deseable contar con una única fuente de información sobre todos los objetos artificiales distantes“, habían advertido en esos años.