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Científicos buscan vida inteligente más allá de la Tierra a través de "tecnofirmas", señales de origen tecnológico que podrían indicar la existencia de civilizaciones extraterrestres. Mientras que la búsqueda tradicional se enfoca en "biofirmas", sustancias de posible origen biológico, la NASA plantea la posibilidad de detectar comunicaciones, estructuras tecnológicas o incluso contaminación industrial en exoplanetas.

Desarrollado por BioBioChile

La existencia de vida inteligente más allá de la Tierra sigue siendo un enigma, pero los científicos continúan desarrollando nuevos métodos para ello, uno de estos es la búsqueda de tecnofirmas.

La mayoría de los astrónomos plantean que, de encontrar vida extraterrestre, esta probablemente sea bacteriana y esté más cerca de lo que creemos, en el mismo sistema solar. Sin embargo, también existe la posibilidad de encontrar una civilización.

Suena a ciencia ficción, pero de hecho, ya hay expertos trabajando en ello y se han hecho diversos estudios —aunque todavía no encuentran nada— respecto a la búsqueda de tecnofirmas en el espacio, pero ¿qué son? ¿Y por qué podrían llevarnos al anhelado “primer contacto”?

Es más, si algún día llegáramos a encontrar una primera señal de tecnofirmas que indique la presencia de vida inteligente y tecnológica en otro planeta, ese primer hallazgo podría ocurrir aquí, en Chile.

Tecnofirmas, una alternativa a las biofirmas

Durante décadas, en materia de la búsqueda de vida extraterrestre, los astrónomos se han dedicado a intentar captar biofirmas, una técnica más ligada a la astrobiología.

De acuerdo con la NASA, las biofirmas son sustancias o estructuras que podrían tener un origen biológico, “una biofirma es una señal de vida”, señalan.

Estas pueden presentarse en las atmósferas de otros planetas, como se han encontrado compuestos de carbono, por ejemplo, pero no necesariamente significan que allí hay vida, o vida como la conocemos en la Tierra.

Las tecnofirmas, en cambio, son la contraparte: señales de origen tecnológico.

La NASA plantea que es posible que interceptemos comunicaciones a partir de ondas electromagnéticas (como la radio) o que incluso encontremos evidencia telescópica de lo que llaman “ingeniería épica”, si los extraterrestres llegaran a ser más avanzados que nosotros.

Además, las tecnofirmas no vendrían de planetas cercanos, donde sabemos hasta ahora no hay vida inteligente, sino que vendrían de exoplanetas, cuerpos ajenos al sistema solar.

“Entre las posibilidades están los pulsos de láser o de radio, las señales de sustancias químicas artificiales en las atmósferas de planetas distantes o las “esferas de Dyson”“, teorizan.

Gráfica de tecnofirmas
NASA

Las esferas de Dyson son hipotéticas, algunos científicos creen que civilizaciones avanzadas podrían haber construido estructuras masivas alrededor de las estrellas para recolectar su energía. Detectar una sería una potencial tecnofirma.

Pero hasta ahora, no se ha encontrado nada.

¿Qué piensan los científicos de las tecnofirmas?

Según la NASA, años atrás se ridiculizaba la posibilidad de encontrar señales de civilizaciones tecnológicas, pero la aceptación está creciendo y “está mostrando signos tempranos de florecer hacia una investigación madura y seria”, señalan.

Entre quienes apoyan la búsqueda de tecnofirmas está Jill Tartner, exdirectora del Centro de Investigación SETI, que se dedica a la búsqueda de vida extraterrestre. “Mi convicción de que esto es algo importante y razonable ha aumentado“, dijo en declaraciones a la NASA el año pasado.

Tartner aclara que por ahora se está buscando la manera, porque los estudios recientes sobre tecnofirmas no han rendido frutos.

Por ejemplo, en 2022, se utilizó el Murchison Widefield Array (MWA), un radiotelescopio de baja frecuencia que se encuentra en Australia y que contiene 4,096 antenas.

El estudio apuntó al centro de la Vía Láctea en busca de posibles tecnofirmas, pero concluyó que no hubo rastros de vida inteligente en unas 3,3 millones de estrellas, según recoge National Geographic.

El ELT podría revolucionar este método

Pese a los poco positivos resultados en torno a las tecnofirmas, los científicos están poniendo sus esperanzas en el Extremely Large Telescope (ELT), el nuevo telescopio del Observatorio Europeo Austral (ESO) que se está construyendo en el desierto de Atacama en Chile.

Esta colosal estructura será el telescopio más grande del mundo y tendrá una capacidad tal que con él, los astrónomos podrá detectar tecnofirmas.

De hecho, en su segunda generación de instrumentos contendrá el dispositivo ANDES, que analizará en detalle la composición química de las atmósferas de exoplanetas, lo que es clave para hallar este tipo de señales.

ANDES es un potente espectrógrafo, un instrumento que divide la luz en las longitudes de onda que la componen para poder determinar propiedades importantes de los objetos astronómicos, como exoplanetas.

Si el ANDES, por ejemplo, encontrara químicos artificiales, como los que se producen en la Tierra por la contaminación industrial, esta técnicamente sería una tecnofirma, indicio de vida inteligente.

El instrumento tendrá una precisión sin precedentes en el infrarrojo cercano, y cuando funcione en combinación con el potente sistema de espejos del ELT, permitirá realizar investigaciones en múltiples áreas de la astronomía.

“ANDES es un instrumento con un enorme potencial para lograr descubrimientos científicos innovadores, que pueden afectar profundamente nuestra percepción del Universo, mucho más allá de la pequeña comunidad científica”, dijo en un comunicado de ESO, Alessandro Marconi, Investigador Principal de ANDES.

“Desde la detección de firmas de vida en otros mundos y la identificación de la primera generación de estrellas, hasta el estudio de las variaciones en las constantes fundamentales de la física”, añadió Céline Péroux, científica del proyecto del equipo ESO que realiza el seguimiento a ANDES.