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Un sistema planetario único, denominado K2-360, ha sido descubierto a unos 750 años luz de distancia de la Tierra, revelando una super-Tierra de período ultracorto, K2-360 b, 1,6 veces más grande que nuestro planeta y extremadamente denso, con una masa 7,7 veces mayor que la de la Tierra. Además, se ha identificado un segundo planeta, K2-360 c, al menos 15 veces más masivo que la Tierra.

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Un sistema planetario único, bautizado como K2-360, fue descubierto a unos 750 años luz de la Tierra. Este hallazgo, publicado en Scientific Reports, ofrece nuevas pistas sobre la formación de planetas en condiciones extremas, según los investigadores.

El sistema incluye dos planetas que orbitan una estrella similar al Sol. El primero, K2-360 b, es una super-Tierra de período ultracorto, 1,6 veces más grande que nuestro planeta, que completa una órbita cada 21 horas. Es extremadamente denso, con una masa 7,7 veces la de la Tierra.

Por otro lado, K2-360 c es un planeta exterior al menos 15 veces más masivo que la Tierra, con una órbita de 9,8 días. Aunque no transita frente a su estrella, su influencia gravitatoria permitió estimar su masa mínima.

“K2-360 b es tan denso como el plomo. Es el planeta más denso conocido de su clase, orbitando en menos de un día”, comentó John Livingston, líder del estudio del Centro de Astrobiología de Tokio.

La densidad de K2-360 b sugiere que podría ser el núcleo desnudo de un planeta más grande, cuyas capas externas fueron eliminadas por la radiación intensa de su estrella. Según Davide Gandolfi, de la Universidad de Turín, este tipo de planetas muestran el posible destino de mundos cercanos que, con el tiempo, solo dejan núcleos rocosos.

El planeta tiene una composición rocosa rica en hierro, con un núcleo que representa el 48% de su masa, más cercano a la Tierra que a Mercurio. Además, su superficie podría estar cubierta de magma debido al calor extremo que recibe.

El segundo planeta, K2-360 c, añade complejidad al sistema. Simulaciones sugieren que podría haber empujado a K2-360 b a su órbita actual mediante un proceso de “migración de alta excentricidad”. Este fenómeno implica que las fuerzas gravitatorias estiraron inicialmente la órbita del planeta interior, antes de que se estabilizara cerca de la estrella.

Mahesh Herath, investigador de la Universidad McGill, destacó que comprender este sistema permite explorar cómo se forman y evolucionan los planetas terrestres bajo diferentes condiciones.

K2-360 es un ejemplo excepcional para estudiar sistemas planetarios extremos. Los planetas de período ultracorto como K2-360 b son raros, y encontrar uno con un compañero masivo puede ayudar a refinar las teorías sobre su formación. “Este sistema es un laboratorio perfecto para entender cómo los planetas sobreviven y evolucionan en entornos tan hostiles”, concluyó Livingston.