Un estudio publicado recientemente da cuenta de la existencia de un nuevo agujero negro "monstruoso" que se encuentra a 1.550 años luz del Sistema Solar.
Científicos de la Universidad de Alabama, en EEUU, descubrieron un nuevo agujero negro al que catalogan como “el más cercano a la Tierra” de entre todos los que se han descubierto al momento. La investigación fue liderada por la Dra. Sukanya Chakrabarti, profesora de física en la misma universidad.
El objeto fue descrito en el estudio como “monstruoso” y es que su masa corresponde a 12 veces la masa del Sol. Además, se encuentra exactamente a 1.550 años luz de la Tierra, algo que para los astrónomos es bastante cerca, aunque es importante recordar que 1 año luz corresponde a 9 billones de kilómetros de distancia.
“Está más cerca del sol que cualquier otro agujero negro conocido (…). Entonces está prácticamente en nuestro patio trasero”, explicó Chakrabarti en el comunicado publicado por la universidad.
Junto a su equipo, la astrónoma analizó 200 mil estrellas binarias que fueron detectadas el año pasado por el satélite GAIA de la Agencia Espacial Europea (ESA).
“Buscamos objetos de los que se informó que tenían grandes masas compañeras, pero cuyo brillo podría atribuirse a una sola estrella visible. Por lo tanto, tienes una buena razón para pensar que el compañero es oscuro”, señala.
¿Cómo encontraron el agujero negro?
Luego de analizar estrellas binarias, los científicos comenzaron mediciones espectrográficas con datos de algunos de los telescopios más poderosos en la Tierra, como el Automated Planet Finder (APF) en California, el Telescopio Magallanes Gigante de Chile y el Observatorio WM Keck en Hawai.
“La atracción del agujero negro sobre la estrella similar al Sol visible se puede determinar a partir de estas medidas espectroscópicas, que nos dan una velocidad en la línea de visión debido a un cambio Doppler”, explica. Es decir, un cambio en la frecuencia de onda de las observaciones.
“Estas medidas espectroscópicas confirmaron de forma independiente la solución de Gaia que también indicó que este sistema binario está compuesto por una estrella visible que orbita un objeto muy masivo”, precisa.
Esto significa que la existencia del agujero negro se comprobó a partir de las interacciones de las estrellas luminosas, ya que estos objetos no emiten luz y no son visibles por los telescopios, solo pueden detectarse por su masa y los objetos alrededor.
Además, este agujero negro no interactúa con una estrella masiva como la mayoría de los que se han detectado a la fecha. Por lo que su detección es más difícil.
“Los agujeros negros que no interactúan alrededor de estrellas luminosas son un tipo de población muy nuevo. Por lo tanto, es probable que nos lleve algún tiempo comprender su demografía, cómo se forman y cómo estos canales son diferentes, o si son similares, a la población más conocida de agujeros negros que interactúan y se fusionan”, concluye Chakrabarti.