La Agencia Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa, por su sigla en inglés), anunció este lunes que, por primera vez, se ha descubierto agua iluminada por el Sol en la superficie de la Luna.
“Este descubrimiento indica que el agua puede estar distribuida por la superficie lunar, y no se limita a lugares fríos y sombreados“, explicaron desde la institución en un comunicado.
La Nasa había anunciado hace días que este lunes, pasadas las 13:00 horas en Chile, informaría un nuevo descubrimiento respecto del satélite natural que orbita a la Tierra.
Este nuevo hallazgo fue gracias al Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (Sofia), construido gracias a los esfuerzos de la Nasa y el Centro Aeroespacial Alemán.
Sofia es un Boeing 747 modificado para transportar un telescopio reflector de 2,5 metros. Vuela a una altitud de unos 13 kilómetros y su primera observación data de mayo de 2010.
Desde la Nasa detallaron que científicos del observatorio descubrieron “moléculas de agua (H2O) en el cráter Clavius, uno de los más grandes visibles desde la Tierra, ubicado en el hemisferio sur de la Luna”.
Exploraciones anteriores habían descubierto alguna forma de hidrógeno, pero debido a las complicaciones de la lejanía, no se lograba distinguir entre el agua y el hidróxilo, su pariente químico.
“Teníamos indicios de que H2O, el agua familiar que conocemos, podría estar presente en el lado iluminado por el sol de la Luna. Ahora sabemos que está ahí. Este descubrimiento desafía nuestra comprensión de la superficie lunar y plantea preguntas intrigantes sobre los recursos relevantes para la exploración del espacio profundo”, dijo Paul Hertz, director de la División de Astrofísica en la Dirección de Misiones Científicas en la Sede de la Nasa en Washington.
En la locación, los datos indican que existe agua en concentraciones de 100 a 412 partes por millón, lo que equivaldría a un recipiente con unos 350 ml en un metro cúbico de suelo lunar. En comparación, el desierto del Sahara ubicado en África tiene unas 100 veces más agua.
La investigación, que fue publicada en la revista Nature Astronomy se enmarca dentro de la misión Artemis, que busca llevar a la primera mujer y al próximo hombre a territorio lunar, en 2024. Con esto se preparan para el próximo gran salto: la llegada del hombre a Marte en 2030.