El cielo del hemisferio norte ofrece este verano (para ellos) un espectáculo poco habitual: el recientemente descubierto cometa “Neowise” se puede observar a simple vista, un fenómeno que no se producía desde hace más de 20 años.
Descubierto a fines de marzo por el satélite Neowise de la NASA, el cometa comenzó a ser visible a simple vista el 3 de julio al alcanzar su perihelio, el punto de su órbita más cercano al Sol, en este caso a 50 millones de kilómetros, explicó el lunes a la AFP Lucie Maquet, astrónoma del Observatorio de París-PSL.
A medida que se acerca al Sol, el hielo de los cometas se sublima en gases, creando una larga estela que refleja la luz.
“Es bastante raro ver tan bien las cometas. El último que se vio a simple vista fue Hale-Bopp en 1997″, dijo la astrónoma.
Neowise es visible desde cualquier parte en el hemisferio norte, incluso en las ciudades, a condición de que el cielo esté despejado.
Si estás allá o conoces a alguien que lo esté, las instrucciones son claras: hay que mirar hacia el noreste, entre las constelaciones de Delfín y la Osa Mayor, en el lado opuesto del mango de la “cacerola”.
Los cometas son cuerpos formados por hielo, rocas y materiales orgánicos, y provienen de los confines del sistema solar: el cinturón de Kuiper, o quizás todavía más lejos, de la nube de Oort, que son ambos concentraciones de pequeños cuerpos celestes.
Neowise describe una gran elipse en torno al Sol y su órbita le insume 6.765 años, es decir que su última visita a las cercanías de la Tierra fue anterior a la invención de la escritura en la Mesopotamia
El fenómeno será visible hasta finales de julio, aunque irá perdiendo poco a poco la luminosidad a medida que se aleja del Sol.
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